_
_
_
_

Descubiertos los restos de la primera universidad laica de Barcelona, del siglo XV

El centro hallado en la calle de Ripoll, cerca del Portal de l'Àngel, fue creado por el Consell de Cent

Blanca Cia

Unas obras en el corazón del casco antiguo de Barcelona han dejado al descubierto lo que fue la sede de la primera universidad laica de Barcelona. Los estudios histórico-arquitectónicos y las catas y excavaciones arqueológicas, todavía no acabadas, apuntan que la finca del actual número 25 de la calle de Ripoll albergó esta universidad a partir del año 1431. La universidad estaba entre lo que ahora es el Portal de l'Àngel y la Via Laietana. Las primeras investigaciones indican que la fundó el Consell de Cent, la asamblea que durante la Edad Media asesoraba el gobierno de la ciudad.

"Los estudiantes vivían en la universidad", dice el director del Museo de Historia de la Ciudad

Casi seis siglos después, la idea del consistorio barcelonés de comunicar los espacios de la plaza Nova, frente a la catedral, y la de Duran i Bas ha llevado a este hallazgo.

El lugar se asemeja a un vergel en medio de la abigarrada Ciutat Vella. Desde la parte trasera de algunos de los edificios con frente al comercial Portal de l'Àngel se ve un patio ajardinado. Llama la atención por dos cosas: el silencio y los frondosos árboles. Pisar ese patio -que los expertos suponen que es el resultado de agrupaciones de diversas fincas en el siglo XVIII- resulta todavía más impactante.

Las excavaciones en el jardín han descubierto parte de las paredes maestras de edificios cuya construcción se sitúa en la Alta Edad Media. Hasta se puede ver el pavimento de origen. El actual primer piso del edificio y lo que en su día fue el acceso desde la calle -un vial medieval estrecho que ha llegado hasta nuestros días al lado del formidable viejo portón de entrada por la calle de Ripoll- ha ocultado durante varios siglos bajo tabiques y paredes de yeso arcos medievales y del siglo XVIII, y ventanas con arcos de medio punto emparedadas.

Hallados pilares romanos

La finca fue expropiada por el Ayuntamiento de Barcelona hace años con el fin de ejecutar un plan especial para comunicar dos plazas, la Nova -junto al Colegio de Arquitectos- y la de Duran i Bas. Los restos encontrados hacen replantear ahora al consistorio el futuro del espacio, sobre todo porque los estudios arqueológicos todavía no están concluidos. La empresa municipal Fomento de Ciutat Vella encargó esos trabajos. "Ahora corresponde decidir qué se va a hacer en el futuro para seguir con los trabajos con un proyecto definido", sostiene Josep Maria Pelach, de Fomento de Ciutat Vella. De momento, se han descubierto dos pilares del acueducto romano y la sección completa de uno de ellos, con el canal que conducía el agua que llegaba a la universidad.

Los restauradores que han trabajado en la zona dicen que en un ángulo, entre dos paredes,

es perceptible el canal del agua, que casi parece un mosaico: "Es un preparado de mortero, una superficie dura también denominada hormigón romano", explica Reinald González, uno de los historiadores de Veclus, la firma que ha realizado el estudio histórico-arquitectónico. El estudio documenta los orígenes de la finca, que en su configuración inicial debió de abarcar las actuales calles de Ripoll y Capellans, y las plazas de Isidre Novell y de Duran i Bas. "Está dentro de la zona conocida como Vilanova dels Arcs, uno de los núcleos que nacieron alrededor de la muralla romana y marcaron el inicio de la estructura de la ciudad", apunta Antoni Nicolau, director del Museo de Historia de la Ciudad, la institución que ha supervisado el trabajo realizado en esta zona.

A la época en que funcionó la universidad -que corresponde al reinado de Jaume I- se atribuyen varios elementos descubiertos por el trabajo realizado. Entre ellos figura un gran arco de dovelas que el estudio sitúa a mediados del siglo XIII. Ese arco, como otros, se encontraba oculto por el revoque de las paredes. Las obras también han permitido descubrir parcialmente un pórtico de tres arcos que parece marcar lo que fue la fachada medieval del inmueble. Uno de los elementos más espectaculares -que no había permanecido oculto- es un gran arco cuyo origen, según el estudio, se podría remontar a los siglos XV o XVI.Puertas cegadas, ventanas con arcos de medio punto... Los trabajos no se dan por acabados, pero los expertos dicen que lo descubierto puede considerarse un auténtico hallazgo de la arquitectura civil de la primigenia Barcelona.

Los restos descubiertos revelan que la originaria finca medieval se fue transformando y modificando durante casi seis siglos. Para empezar, con los usos. Porque inicialmente la finca fue una hospedería. El estudio se refiere a dos nombres: "hostal d'en Garcia y "fonda del Lleó". Alrededor de 1430 el Consell de Cent decidió agrupar las escoles majors y ése fue el origen de lo que se considera la primera sede de la universidad pública laica de Barcelona.

Según el estudio, en el que ha participado el historiador Reinald González, en 1438 el mal estado de la finca forzó el traslado de la universidad, que el gobierno de la ciudad ubicó entonces en un edificio del Call, el antiguo barrio judío de Barcelona. Pero en 1452 los estudiantes acabaron regresando al antiguo hostal, "pese a la oposición de los vecinos", puntualiza el estudio. "Los estudiantes residían en la propia universidad y parece que resultaban vecinos bulliciosos", argumenta el director del Museo de Historia de la Ciudad. A partir de 1481 el edificio sufrió sucesivas reformas "por el mal estado en que lo dejaron los estudiantes", según la documentación de la época recogida en el estudio.

La finca era propiedad del canónigo Pau Vicenç Sorts, que fue el que la arrendó a la universidad. En el siglo XVI el edificio pudo ser la residencia de los canónigos de la familia Sorts, de acuerdo con el estudio. A esa etapa se atribuye una ventana descubierta en el piso principal de la casa. En 1636 el edificio pasó de los herederos de los Sorts a Joan Sabater y su hijo, Vicenç, que poco a poco fueron adquiriendo otras casas colindantes en la calle de los Capellans.

La finca del número 25 de la calle de Ripoll fue cambiando de manos en varias ocasiones, por venta o subasta, y sufrió múltiples reformas, muchas de las cuales aparecen reflejadas en el estudio. A principios del siglo XVIII la gran finca pasó a manos de la familia Ramon.

El trabajo apunta que buena parte de la finca fue derruida en 1716 y reconstruida en 1735. Inicialmente la casa fue de planta baja y dos pisos. Ahora tiene un tercero ganado en 1874. Poco después, en 1885, de acuerdo con el trabajo, en la planta baja se sustituyeron dos arcos y se colocó una columna de hierro, visible actualmente. En el siglo pasado la casa sufrió más reformas ya que se convirtió en una escuela.

Actualmente hay vecinos en el piso primero y segundo, y un taller de carpintería en uno de los bajos. Una parte del edificio fue ocupada por colectivos okupas y luego desalojada. Una finca colindante, con frente a la calle de los Capellans, ha sido derruida hasta el primer forjado, por el convencimiento de los responsables de Fomento de Ciutat Vella de que en la planta y el subsuelo habrá más sorpresas.

El Ayuntamiento espera que alguna institución tenga interés en realizar un proyecto para acabar con las excavaciones y dar un uso concreto al solar. "Algo de esta importancia se tiene que preservar para que el ciudadano lo pueda ver y disfrutar", asegura la concejal de Ciutat Vella, Kati Carreras.

Exterior de la antigua universidad laica descubierta en Ciutat Vella.
Exterior de la antigua universidad laica descubierta en Ciutat Vella.C. BAUTISTA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_