IU pide en Jaén un plan para el sector textil, que perdió 3.000 empleos en 10 años

Izquierda Unida ha presentado en la Cámara autonómica una iniciativa parlamentaria para instar a la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico a poner en marcha un plan de choque en el sector textil andaluz, inmerso en una profunda crisis. El diputado de IU por Jaén José Cabrero justificó ayer la petición en el clima de zozobra por el que atraviesan las industrias textiles de la provincia de Jaén, donde, según destacó, se han perdido 3.000 puestos de trabajo en la última década.

Sólo en el último mes han cerrado sus puertas dos empresas emblemáticas de la industria textil jiennense. La primera fue Carolina Punto, de La Carolina, que dejó en la calle a 68 mujeres, 48 de ellas fijas. Apenas dos semanas después, los damnificados fueron los 40 trabajadores de Secopal, en Canena, una empresa que llegó a contar con 1.200 empleados y que en los últimos años había quedado como mero centro distribuidor. Con anterioridad habían cerrado sus puertas otras empresas del textil y confección de Baeza, Sierra Mágina y el eje de la Nacional IV.

El diputado de IU José Cabrero achacó ayer esta crisis a los efectos de la "mudialización de la economía" que, a su juicio, lleva consigo la "sobreexplotación de los trabajadores". Las grandes firmas del sector han desviado su producción hacia Marruecos y otros países con menores costes en la mano de obra. De hecho, Secopal se había convertido en un centro distribuidor de las prendas textiles producidas en un 75% en Marruecos y en otro 25% importadas desde China, país con los salarios mucho más bajos que en Europa.

Por todo ello, Cabrero considera que la Consejería de Empleo debe activar un plan que busque la "diversificación" de la economía de los pueblos afectados por los cierres de fábricas textiles. Para el parlamentario de IU, la incertidumbre se extiende también a la red de pequeños talleres creados alrededor de las empresas textiles.

De otro lado, José Cabrero culpó ayer a la Junta de Andalucía de haber provocado el cierre de la cooperativa Orujera Ubetense, de Torreperogil (Jaén), por no haber llevado a la práctica el plan de modernización del sector extractor de orujo aprobado por el Parlamento Andaluz hace cinco años y que preveía inversiones superiores a los 42 millones de euros.