Duato convence a Kurtág para adaptar su música en 'L'Homme'
Fue gracias a Bach. Nacho Duato admira a György Kurtág desde hace tiempo y quería emplear la música del compositor húngaro para alguna de sus coreografías. Pero había un problema: él nunca había permitido adaptar sus obras para danza. Para convencerle, el artista valenciano le envió un vídeo con el trabajo que hicieron con música de Bach y Kurtág quedó convencido para que Duato pusiera en marcha L'Homme, la pieza que la Compañía Nacional de Danza (CND) estrena mañana en el Teatro Real junto a otras dos: Castrati y Perpetuum, obra del bailarín israelí Ohad Naharin, que colabora en esta ocasión con la compañía.
"Es una obra sobre la fragilidad del ser humano". Así describe L'Homme Duato, que regresa al Real tras dos años de ausencia y que compareció ayer junto a Naharin, autor de Perpetuum, una pieza que gira en torno a la solemnidad de lo tradicional y a los valses de Johann Strauss en la que este creador busca reírse de sí mismo "sin cinismo, pero sí con ironía", afirma. "Él es un maestro contemporáneo, en su discurso no hay paja, nada sobra, va al grano", aseguró Duato, que tendrá a sus bailarines en el Real hasta el 8 de mayo.
Está muy contento con su vuelta al teatro madrileño. "Con la anterior dirección parecía imposible disponer de una semana aquí y ahora ha sido facilísimo", aseguró. "Cuando se tiene voluntad, todo es muy sencillo", agregó el bailarín, quien no dejó libre la ocasión de su vuelta al Real para tirar sus dardos: "Podían poner en las calles las fotos de Naharin en vez de las del Papa. Es mucho más guapo", dijo.
También aprovechó para recordar que la danza bien merece un teatro. "Estoy esperando que nos lo construyan. Deberíamos pedir más cosas los bailarines. Los de este mundo estamos en pañales todavía en España, somos la cenicienta de la cultura", protestó. De la guerra y más asuntos espinosos no quiso decir nada: "No voy a hablar más de la guerra", dijo quien se ha manifestado en contra en España y en sus giras en Alemania y Reino Unido. Tampoco se planteó dimitir por estar en desacuerdo con el Gobierno en este y otros asuntos: "¿De qué serviría?", se pregunta.
Babelia
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