Se busca residencia oficial
Patrimonio estudia convertir el Archivo General de la Diputación foral en la vivienda del presidente navarro
Con sedes de representación permanente abiertas en Madrid y Bruselas, Navarra carece actualmente de una residencia oficial en la que puedan vivir sus presidentes, sí así lo desean, y en la que éstos puedan atender a sus huéspedes institucionales.
Pero la situación puede cambiar. La inauguración del nuevo Archivo General de Navarra, según el diseño de Rafael Moneo, y el traslado al nuevo emplazamiento de las instalaciones hasta ahora ocupadas por este servicio en el Palacio de la Diputación Foral, en pleno corazón de la ciudad, ha llevado al Gobierno ha encomendar un estudio para convertir en sede presidencial el viejo archivo.
El jardín de la Avenida de San Ignacio es no sólo uno de los más conocidos de la región sino el espacio en el que se ubica el árbol más alto de Navarra, una vieja sequoia de 36,6 metros de altura, Monumento Nacional desde 1991, que procedente de Estados Unidos fue plantado en el lugar en 1855. Su copa otea el horizonte a los pies de un coqueto estanque que se abre a la calle.
En este bucólico entorno se ubicaría la residencia oficial de los presidentes de Navarra, consolidando un entorno institucional adjunto a la sede del Palacio de Navarra, que en 2002 celebró el 150º aniversario de su construcción.
El servicio de Patrimonio estudia actualmente el acondicionamiento de este espacio para dotar a Navarra de una residencia presidencial, aunque hasta el momento no se ha adoptado una decisión oficial al respecto y hay quien opina que el entorno sería el idóneo para ubicar en él las dependencias de toda la asesoría general de la presidencia.
Desde el advenimiento de la democracia sólo un presidente autonómico, el socialista Gabriel Urralburu, utilizó una residencia pública para residir en ella. Se trataba de la sexta planta del edificio de la Hacienda Foral de Navarra, una vivienda de 600 metros cuadrados que Urralburu inauguró en 1984 y en la que residió hasta 1991.
Sus sucesores, Juan Cruz Alli (UPN), Javier Otano (PSN-PSOE) y Miguel Sanz (UPN), nunca la ocuparon y prefirieron seguir residiendo en sus domicilios particulares. Aquella residencia fue desmantelada y convertida en nuevas oficinas forales.
Ahora, la solemne estampa del inmueble del viejo Archivo Real permitiría al presidente navarro atender a sus visitantes oficiales. Además, se construirían dependencias anexas destinadas a acoger a las personalidades ilustres atendidas por el Gobierno navarro durante las visitas a la región. Los Reyes de España, por ejemplo, han pernoctado siempre en un hotel de Pamplona durante sus estancias en el viejo reino.
La idea de Patrimonio es la habilitar también en los salones del viejo archivo un gran comedor donde celebrar los banquetes oficiales.
Actualmente el presidente navarro, Miguel Sanz, reside en una vivienda adquirida en el barrio de Mendebaldea de Pamplona.
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