Boeing cede terreno a Airbus
La firma americana se centra en la división militar para superar la crisis
La constructora aeronaútica Boeing ha apostado por la diversificación de negocio para hacer frente a la crisis de las aerolíneas. Su división de defensa (contratos con el Pentágono) saldrá reforzada de esa transformación, mientras que la comercial pasará a un segundo plano. La estrategia implica una cesión de terreno a su rival europeo, Airbus.
Los directivos de Boeing opinan que éstos son momentos para ajustarse a las demandas del mercado -a las escasas demandas- y no para lanzarse a una política de exuberancia fabricando más aviones de los que realmente puede absorber la atribulada industria de aviación civil y, además, tenérselos que vender a precio de descuento.
Cerca de la mitad de los 49.000 millones de dólares de ingresos previstos por la empresa de EE UU provendrán de la división de defensa
La estrategia de precios de Airbus ha logrado hacer mella en Boeing, que prevé producir este año 280 aviones frente a 300 de la europea
La batalla entre Boeing y Airbus por el liderazgo global se intensificó después del 11 de septiembre de 2001. Boeing, que ese año había fabricado 527 aviones, optó por reducir la producción hasta ver si el mercado volvía a despegar; en cambio, Airbus, que había construido 325 aviones, inició una agresiva campaña incentivando los pedidos con todo tipo de facilidades a los potenciales clientes. Iberia fue una de las beneficiadas. El equipo de Xabier de Irala las hizo competir hasta el último minuto decidiéndose finalmente por Airbus porque fue la que aproximó más el precio a los niveles que la aerolínea española había puesto sobre el tapete, que se acercaban a un 40% de rebaja.
En su ambiciosa carrera para destronar a Boeing del podio que ésta había mantenido por décadas, Airbus ha recurrido a técnicas de venta arriesgadas a largo plazo, como por ejemplo garantizar a las aerolíneas el pago de la diferencia de precio en caso de que decidan revender la flota (el actual porcentaje de depreciación es del 40%). A la británica EasyJet le vendió el año pasado 120 aviones a mitad de precio y cerró un contrato con Virgin Atlantic Airways ofreciéndole financiación, con lo cual asume el doble riesgo de construir los aviones y de comprarlos.
Pero no hay duda de que la estrategia ha logrado hacer mella a Boeing, como reflejan las previsiones de producción para este año: 280 aviones frente a 300 de Airbus, que por primera vez adelanta a su rival en producción (ya la había sobrepasado en pedidos, pero a la hora de materializarse, Boeing superó a Airbus en 2002 por 381 entregas a 303).
La compañía aeronáutica norteamericana, sin embargo, se ha negado a competir reduciendo precios. La vicepresidenta de Marketing de Boeing, Nicole Piasecki, explica así la decisión: "Hemos recortado la producción en respuesta a la tendencia del mercado. Así es como nosotros definimos el liderazgo". Según ella, la estrategia de Airbus agrava el ciclo de la industria, al reducir acumulativamente la demanda en años sucesivos, lo cual probablemente aumentaría el número de aviones aparcados en los desiertos del suroeste de EE UU, que en la actualidad pasan de 2.000.
Alquiler de aviones a la Fuerza Aérea
La posición de Boeing podría acabar sacrificando la capacidad de innovación que la ha caracterizado durante sus 86 años de historia: el 707 fue el primer trasatlántico; el 747, el primer jumbo, y el 777, el primer bimotor capaz de realizar largas travesías. Pero no ha sacado ningún modelo nuevo desde 1995, y el que prometía desafiar los conceptos futuristas, el Sonic Cruiser, lo canceló por falta de mercado. Ahora ultima el diseño del 7E7, con un motor de alto rendimiento y bajo mantenimiento, ideal para competir con el A- 330.
Pero el lanzamiento del 7E7 está en el aire por el debate interno de los planes estratégicos. Su desarrollo costaría al menos 10.000 millones de dólares y el consejo de administración parece inclinarse por aumentar los márgenes de ganancia modernizando la flota existente y concentrándose en los contratos con el Pentágono. Entre estos últimos hay uno que ha levantado una polvareda de críticas, pero que, de ser aprobado, equivaldría al rescate militar de Boeing de los números rojos (ha declarado pérdidas de 478 millones en el primer trimestre, el 60% menos que en igual periodo de 2002).
La propuesta es el lease (alquiler) de un centenar de 767 para reabastecer en vuelo a los aviones de combate de la Fuerza Aérea, que le dejaría a Boeing unas ganancias de 30.000 millones (comprar los aviones le costaría al Pentágono sólo 12.000 millones).
Boeing se ha convertido en el segundo contratista militar de EE UU. Cerca de la mitad de sus 49.000 millones de dólares de ingresos previstos para este año provendrán de la división de defensa.
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