Dimite el presidente de American Airlines para evitar la quiebra
Carty había ocultado prebendas mientras exigía sacrificios laborales
American Airlines, la primera aerolínea del mundo, pareció ayer escapar in extremis la suspensión de pagos al aceptar el sindicato de auxiliares de vuelo un plan de salvamento que estaba en el aire. Los problemas surgieron tras descubrirse que el presidente y consejero delegado, Donald Carty, había ocultado las prebendas que se reservaba la dirección de la aerolínea, mientras exigía a los trabajadores sacrificios económicos y de plantilla. Carty se vio forzado a dimitir el jueves, tras lo cual los auxiliares aceptaron el plan.
A pesar de las concesiones realizadas, American no está fuera de peligro. Su futuro depende de una mejora en la ocupación y un incremento de los ingresos.
La aviación comercial de Estados Unidos atraviesa la mayor crisis de su historia, con una sangría de miles de millones en los pasados dos años que continúa en 2003. Las causas están en la debilidad de la economía internacional, la competencia de las aerolíneas de descuento, el temor a volar en periodo de guerra y ahora la neumonía asiática, que ha reducido sustancialmente la ocupación en los vuelos hacia el Oriente.
United Airlines, la número dos del mundo está en suspensión de pagos, al igual que otras compañías menores. A ese club estaba a punto de entrar American Airlines, que el año pasado perdió la cifra récord absoluto en el sector de 3.500 millones de dólares y cerró con 1.004 millones de números rojos el primer trimestre de 2003.
Carty había previsto un plan de salvamento con recortes anuales de 2.000 millones de dólares en costes estructurales (aparcamiento de aviones, eliminación de rutas, cancelación de compras) y pedido concesiones adicionales a la plantilla por valor de otros 1.800 millones. Estas concesiones suponían un recorte en torno al 20% en los gastos de nómina incluidos unos 10.000 despidos en una plantilla de 100.000 personas. Los sindicatos aceptaron a regañadientes el plan la pasada semana, el de los auxiliares de vuelo tras una segunda votación que rectificó un primer rechazo.
Sacrificios
Justo cuando terminaban de votar, trascendió que durante la negociación de los sacrificios Carty había ocultado que en marzo American decidió abonarle a él y otros seis directivos una extra por el doble de su salario (que al ser de 800.000 dólares para Carty le suponía 1,6 millones de prima) si seguían hasta enero de 2005. También financió la compañía con 41 millones un plan de jubilación para directivos.
Los sindicatos se desdijeron de las concesiones realizadas y arremetieron contra Carty. El consejero delegado se disculpó y entró en un nuevo proceso de negociación que redujo los recortes del anterior para los trabajadores y eliminó la paga extra, aunque no el plan de jubilación.
El nuevo plan regiría por cinco años en vez de seis, se volvería a negociar dentro de tres años y habría compensaciones económicas en caso de ir lográndose los objetivos financieros. Pero la desconfianza creada por Carty entre los empleados dificultaba la negociación. Pilotos y personal de tierra aceptaron el plan el pasado jueves. Los auxiliares se negaron a firmar nada con el consejero delegado.
Ante la situación y el fin de los plazos para presentar un plan de viabilidad que evitara la suspensión de pagos, Carty tuvo que dimitir el mismo jueves. El sindicato de auxiliares accedió ayer a suscribir el programa con la nueva dirección encabezada por Gerard Arpey, de 44 años. El nuevo primer ejecutivo, un antiguo piloto privado que entró en 1982 en American como analista financiero y ha ido progresivamente ascendiendo en el escalafón, se felicitó por el acuerdo aceptado por los sindicatos, pero advirtió que si bien no habrá suspensión de pagos, el peligro no ha pasado para American.
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