Mística del género policiaco
Manuel Peyrou (1902-1974) es un clásico del género policiaco argentino, en la vertiente derivada de Inglaterra, en la que el investigador ordena los indicios con la limpieza del matemático o la alta abstracción del místico. Hace esta última comparación el narrador del primer cuento de la antología, que recoge piezas publicadas entre 1944 y 1967: "Un estado de alarma ante el misterio, un agudo sentido de la realidad de lo invisible y, si se quiere, la certeza de que todo enigma es sólo una provocación de la verdad (...) animan la vida de los místicos y de los detectives". Por eso no sorprenderá que los temas, los personajes y hasta la prosa de Peyrou recuerden a los Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), escrito conjuntamente por Borges y Bioy Casares bajo el seudónimo de H. Bustos Domecq. En la órbita del grupo Sur, Peyrou se benefició además de algunos de esos prólogos en los que Borges practicaba una deliberada indecisión entre el elogio y el vituperio. El presente volumen incluye, por ejemplo, un texto de 1983, en el que Borges comenta: "Todo escritor que no es un irresponsable trata al principio de ser otro; Peyrou, en sus primeros textos, trató de ser Chesterton o una escéptica variante de Chesterton".
LA ESPADA DORMIDA Y OTROS CUENTOS
Manuel Peyrou
Losada. Madrid, 2003
301 páginas. 15 euros
La alianza entre Borges y Peyrou
no es difícil de entender si se aprecia que el campo literario argentino, entre las décadas de 1940 y 1960, puede estudiarse a través de las versiones enfrentadas del género policiaco. De un lado, la vertiente que, si bien desciende de Poe en su origen, es de derivación inglesa, llena de elegante ingenio, con tramas que se presentan como una paradoja resuelta al final con las herramientas de la lógica o de la retórica. Peyrou es uno de los más nítidos exponentes de esta tendencia. De otro lado la influencia norteamericana, la del género negro, con tramas muy complejas y un registro más sucio, en el que el proceso de dilucidación del crimen comporta una excursión por la zona más sórdida de la sociedad. Así, por ejemplo, en Operación masacre (1957), de Rodolfo Walsh, la investigación tiene talante periodístico y de denuncia social; y a Séptimo Círculo -colección dirigida por Borges y Bioy Casares en la editorial Emecé, en la que se publicó la novela más conocida de Peyrou, El estruendo de las rosas (1947)- siguió la Serie negra de Ricardo Piglia.
El cuento que da título al volumen es una muestra excelente del procedimiento de Peyrou: la idea argumental está tomada de Cymbeline, comedia de Shakespeare en la que un hombre desafía a otro a que corteje a su propia esposa (asunto muy próximo, por otra parte, a la "novela de El Curioso impertinente" que insertó Cervantes en el Quijote). El esclarecimiento del enigma se lo disputan dos antiguos condiscípulos de Oxford y se trata de un crimen "minuciosamente preparado por la propia víctima". Son visibles aquí, como en todos los cuentos del libro, las sombras del agudo Auguste Dupin, de Poe, y del elocuente Mr. Pond, de Chesterton, aunque con la evidente voluntad de darles una inflexión rioplatense en el idioma, el paisaje, las costumbres.
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