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El Ayuntamiento impone 1.310 multas a empresas por incumplir la normativa de zanjas

La apertura de agujeros en las calles de la capital disminuyó un 22% en 2002

La apertura de zanjas, uno de los problemas que más atormentan a los habitantes de la capital, descendió un 22% en 2002, según datos del área de Obras del Ayuntamiento de Madrid. Si en 2001 las calles de la ciudad contabilizaron 22.829 zanjas, el año pasado este número se redujo hasta 17.814. En 2002, más de la mitad de las zanjas se abrieron para reparar averías. El Consistorio abrió en 2002, 1.310 expedientes sancionadores a empresas por incumplir la normativa. Esas sanciones han supuesto para el Ayuntamiento una recaudación de 7,4 millones de euros.

El pasado mes de junio entró en vigor la nueva ordenanza de obras en la vía pública -la anterior era de 1994-, con la que el Ayuntamiento pretende poner orden en las obras que inundan la ciudad. Esta nueva norma está basada en la Ley del Suelo del Gobierno regional. El actor Danny de Vito, asombrado por las numerosas obras, llegó a declarar en una visita a la capital: "Bonita ciudad ésta. Espero que algún día encuentren el tesoro". PSOE e IU, además, han criticado en numerosas ocasiones la profusión de zanjas, muchas de ellas provocadas por las nuevas tecnologías, que obligan a llevar a cabo nuevas catas para instalar nuevos objetos como el cable de fibra óptica.

Los vecinos de Tetuán, Puente de Vallecas y Chamartín son los que más obras en la vía pública han sufrido en los últimos años. Por contra, los menos perjudicados han sido los residentes en Moratalaz y Vicálvaro.

Caos

Para terminar con el caos, la nueva ordenanza obliga a las empresas de servicios (luz, agua, gas) a cambiar las canalizaciones en aquellas obras en las que se produzcan averías de manera frecuente. Los datos obtenidos el año pasado todavía no reflejan la efectividad de la ordenanza, ya que de las 17.814 zanjas que se abrieron en 2002, más de la mitad (10.002) se debieron a averías. La longitud de esas zanjas asciende a 550 kilómetros.

Elena Utrilla, concejal de Obras del Ayuntamiento, se justifica: "Las averías no se pueden programar ni prever por el Ayuntamiento. Cuando las compañías renueven las canalizaciones antiguas disminuirán las zanjas y lo notarán los ciudadanos".

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En términos generales, el año pasado la apertura de zanjas descendió un 22% respecto a 2001. Las empresas que más torturaron a los madrileños fueron el Canal de Isabel II, con 10.329 zanjas, de las que más de 7.000 fueron por averías, Gas Natural, con 3.213 aperturas; Unión Fenosa, con 1.875, e Iberdrola, con 931. En cambio, las empresas que menos aperturas realizaron fueron, entre otras, British Telecom y Retevisión.

Las empresas que no cumplieron la ordenanza fueron sancionadas por el Ayuntamiento. Y así, el Consistorio abrió 1.310 expedientes sancionadores, por los que recaudó 7,4 millones. Las multas que se pueden imponer pueden llegar hasta 600.000 euros. Entre las sanciones hay varios tipos; una de las contempladas, por ejemplo, es por sobrepasar injustificadamente el tiempo permitido para la obra.

"Las sanciones que estamos poniendo vienen por el exhaustivo control que realizan 70 inspectores en las calles revisando las obras", explica Utrilla.

Los vigilantes están en la calle desde enero de 2002 y cuentan con 25 vehículos de apoyo. El trabajo de estos trabajadores y la entrada en vigor de la nueva ordenanza ha hecho, según la edil, que haya descendido el número de zanjas en la capital. El Ayuntamiento también anima a los vecinos a que ejerzan de inspectores espontáneos y notifiquen al Ayuntamiento cualquier incumplimiento. La nueva ordenanza vigila sobre todo que una misma calle no se abra dos o tres veces en el mismo año, por una empresa diferente. Para ello, la norma obliga a la empresa que pretende abrir una zanja a que certifique por escrito ante el Ayuntamiento que ya ha contactado con las otras 20 (en Madrid abren zanjas 21 empresas de servicios) que puedan estar interesadas en hacer obras en esa misma calle, para que aprovechen el agujero.

Por ejemplo, si el Canal de Isabel II necesita abrir un tramo de la calle de Bravo Murillo, tiene que comunicárselo a Gas Natural o Madritel por si tienen pensado también cambiar o reponer sus grandes canalizaciones. Así, se intenta que las compañías trabajen a la vez. Después esa calle no podrá volver a ser abierta, salvo por averías en las conducciones o por obras en viviendas o negocios, durante cuatro años. Esta medida ya existía en la ordenanza anterior, pero, según reconocen fuentes municipales, apenas se cumplía. Precisamente una de las críticas que han realizado tanto PSOE como IU a la creación de una nueva ordenanza es que la norma ya existía, pero lo que no hacía el gobierno municipal era obligar a las empresas de servicios a cumplirlas.

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