¿Seguros solventes?
Las compañías aseguradoras siguen sufriendo los avatares de la coyuntura económica y financiera y sus consecuencias en los mercados bursátiles. Compañías como Allianz se ven forzadas a realizar ampliaciones de capital y venta de activos y, para Swiss Re, esta situación supone las peores perdidas en 138 años de historia. Su alta exposición a la renta variable que, en momentos de gran exhuberancia, permitió reducir las primas, arrastró al sector asegurador a una espiral competitiva de difícil salida. Esta presión competitiva forzó a las aseguradoras a buscar activos, con expectativas de revalorización aun más altas, que, en general, tenían asociados mayores riesgos.
En un contexto regulatorio en él que la medición de los riesgos asumidos no es lo suficientemente ajustada, la tarificación de productos a menudo no los incorpora en la medida suficiente como costes. El gran damnificado, el accionista, cuyo capital no ha sido remunerado conforme a los riesgos asumidos. Por el contrario, el asegurado ha sido capaz, en general, de transferir riesgos a bajo coste, si bien con el deterioro de la calidad de su contrapartida.
Las aseguradoras siguen sufriendo los avatares de la coyuntura y sus consecuencias en los mercados bursátiles
La solución a esta situación de desequilibrio pasa, en buena medida, por disponer de una regulación que promueva el reconocimiento de los riesgos adquiridos, desarrollar e implantar la tecnología necesaria de control y gestión de riesgos y, finalmente, aumentar el grado de sofisticación de los productos para tener un mayor número de elementos de diferenciación.
A nivel internacional, se está proponiendo un nuevo marco regulatorio (Solvencia II) que, a imagen de lo que para las entidades de crédito e instituciones de inversión constituye la próxima puesta en marcha de Basilea II, adecuará mucho más el capital exigible a las entidades aseguradoras a su perfil especifico de riesgo y promoverá un entorno de control y metodologías más precisas y de mayor transparencia para su medición.
Recientemente, la Comisión Europea ha publicado un documento de trabajo que refleja la clara apuesta europea por el desarrollo de esta normativa y las directrices que debe seguir. Los países anglosajones se encuentran más alineados con el espíritu de la normativa, ya que actualmente poseen modelos de cálculo del capital regulatorio más sofisticada. Otros países deberán hacer un esfuerzo suplementario.
José Luis Fernández y Eduard Giménez son socio y consultor, respectivamente, de Tecnología, Información y Finanzas (Grupo Analistas).
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