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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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La economía, en 'boxes'

Todos los años, con el comienzo de la primavera, los organismos e institutos de análisis económico empiezan a publicar sus informes de coyuntura, en los que se incluyen previsiones para el año en curso y el siguiente. La semana pasada hemos conocido los dos estudios más madrugadores, los del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Europea (CE). La visión de la economía internacional que nos ofrecen ambos es bastante peor de la que nos pintaban en el otoño pasado. Entonces, los indicadores mostraban que las grandes economías mundiales, especialmente la de EE UU, habían empezado a recuperarse tras la recesión de 2001. Estas señales se interpretaron como el inicio de una nueva etapa expansiva, que se iría consolidando a lo largo de este año, de ahí que las previsiones que presentaron estos dos organismos fueran relativamente optimistas.

Cuando las previsiones se alejan de lo razonable, la política económica pierde credibilidad

Desde luego, a posteriori se ha visto que sí lo eran, pero ya entonces muchos analistas advertíamos de los graves desajustes, coyunturales en unos casos y más estructurales en otros (los casos de Alemania y Japón entrarían en este último ámbito), que había heredado la economía mundial de la fase de euforia anterior y que era necesario purgar antes de pasar página y comenzar un nuevo ciclo. En términos automovilísticos, diríamos que el coche había entrado en boxes y, tras una revisión breve y superficial, se había lanzado a la pista con el resultado de que, tras una o dos vueltas, su mecánica no respondía de nuevo, teniendo que pasar otra vez por el taller para una revisión más profunda y duradera. Ahora las grandes economías mundiales están paradas o marchan al ralentí. El FMI ha rebajado en cuatro décimas porcentuales la previsión de crecimiento del PIB de EE UU en este año y nada menos que 1,2 puntos la de la zona del euro, dejándolas en 2,2 % y 1,1%, respectivamente. Tasas similares pronostica la CE.

España no se queda al margen de estas rebajas, aunque no es la que sale peor parada. El FMI nos rebaja cinco décimas el crecimiento del PIB para 2003 y la CE, seis, dejándolos en 2,2% y 2%, respectivamente. Como se ve en el gráfico izquierdo, hace año y medio la CE nos daba una tasa del 3,2% para este año, siendo desde entonces la tercera vez que rebaja su previsión (lo mismo ha hecho para el resto de Europa). Quizás por ello, esta vez no se ha querido pillar los dedos y ha salido con cifras de las más bajas entre las que se barajan en estos momentos. Personalmente pienso que la CE se ha pasado un pelín de pesimista en esta ocasión. Puede que haya cambiado ahora de estrategia y quiera poner las cosas mal para ver si los Gobiernos nacionales se deciden a llevar a cabo reformas que potencien el crecimiento de las decadentes economías europeas, o quizás ha previsto unas consecuencias de la guerra de Irak más negativas de lo que al día de hoy pueden preverse.

El que se ha quedado descolgado en esto de las previsiones es nuestro Gobierno. Hay quien piensa que un punto porcentual más o menos en un cuadro macroeconómico no tiene importancia, siempre que la política económica mantenga el rumbo adecuado a medio y largo plazo, pero a mí me parece que cuando las previsiones quedan tan alejadas de lo razonable, la política económica pierde credibilidad, y éste es uno de los valores principales que ha de conservar si quiere guiar racionalmente las decisiones de los agentes.

Ángel Laborda es director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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