Reino Unido recorta por segunda vez su previsión de crecimiento
El ministro Brown aprueba ayudas fiscales a las pequeñas empresas
Gordon Brown, el poderoso ministro británico del Tesoro, presentó ayer en el Parlamento un presupuesto conservador, sin grandes novedades en el área macroeconómica, pero trufado de esas medidas de microeconomía social tan del gusto del Nuevo Laborismo, como ayudas fiscales a las pequeñas empresas. Brown no pudo evitar un segundo recorte consecutivo en las previsiones de crecimiento, que se quedan ahora entre el 2% y el 2,5%.
Se trata de un presupuesto de transición entre, por un lado, la subida de impuestos decidida hace ahora un año y las fuertes correcciones al alza de las emisiones de deuda pública anunciadas en la revisión presupuestaria de otoño para financiar la reforma de los servicios públicos y, por otro lado, las incertidumbres del futuro. El presupuesto contiene una emisión de deuda superior en 3.000 millones de libras (4.350 millones de euros) a lo previsto en el ajuste de las cuentas hace seis meses.
La guerra ya casi acabada de Irak y la reconstrucción que vendrá después, las flaquezas que se viven lo mismo en Estados Unidos que en la zona euro o incluso la posibilidad no descartada de que el Reino Unido acabe por acelerar su incorporación al euro son demasiadas incógnitas sobre el tablero.
A la prudencia contable se suma la prudencia política. La subida de impuestos decidida hace un año, con un polémico aumento del 10% al 11% en las cotizaciones a la National Insurance, ha entrado en vigor este mes, en un mal momento económico y con los primeros síntomas de caída del consumo.
Más emisión de deuda
Ante ese panorama, Brown se ha decidido por la discreción. Ha recortado medio punto las previsiones de crecimiento para 2003, dejándolas entre el 2% y el 2,5%, aunque ha sorprendido a los expertos manteniendo las del año que viene (3% a 3,5%, al igual que en 2005). El optimismo de anteriores presupuestos se ha corregido esta vez con un nuevo aumento, aunque modesto, de la deuda pública, que alcanzará este año los 27.000 millones de libras. Para los próximos ejercicios las emisiones recuperan la línea descendente: 24.000, 23.000, 22.000 y otra vez 22.000 millones de libras. Y ha mantenido inalterable la reserva de 3.000 millones de libras para los gastos de la guerra, aunque ha anunciado un gasto adicional de 330 millones de libras (480 millones de euros) en medidas antiterroristas.
La habitual pedrea de política social, con la que el Nuevo Laborismo suele equilibrar su reconocido gusto por el libre mercado, está encabezada este año por un paquete de ayudas fiscales a las pequeñas y medianas empresas; un fondo para la infancia que beneficiará a los bebés nacidos a partir de septiembre de 2002, con por lo menos 200 libras que irán produciendo réditos hasta que cumplan 18 años; un paquete de ayudas a los ancianos mayores de 80 años; o una reforma de las oficinas de empleo que favorece a los inmigrantes más cualificados.
El canciller del Exchequer ha propuesto también medidas adicionales para construir 200.000 viviendas en el sureste de Inglaterra, la región en la que está enclavada Londres, donde el precio de la vivienda se ha disparado de tal manera que los funcionarios peor pagados (enfermeras, maestros) huyen hacia áreas más asequibles. Brown ha encargado a David Miles, profesor del Imperial College, que examine cómo se puede desarrollar un mercado de hipotecas con tipos de interés fijos y bajos.
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