Beneficios puntuales
El simple hecho de oponer unos precios razonablemente saludables a una economía en crisis ha llevado a los mercados de valores a un pequeño colapso que ni siquiera los avances en la invasión de Irak han podido evitar.
La retirada de beneficios ha sido la única respuesta posible de unos inversores que han llegado a una situación en la que les ha vencido el vértigo al no sentir nada sólido bajo sus pies. El más que previsible final de la invasión de Irak traerá consigo el final de las veleidades alcistas a corto plazo y el enfrentamiento cara a cara con una situación económica desastrosa.
Ayer mismo, fue la CE la que rebajó sus previsiones de crecimiento para este año en la eurozona desde el 1,8% anterior hasta el 1%, y no parece que con esta última se haya cerrado necesariamente el plazo de presentación de revisiones.
El Ibex 35 ha perdido el 0,88% y el índice general de la Bolsa de Madrid el 0,71%, dos resultados muy moderados frente a los beneficios que se habían acumulado en las cinco sesiones anteriores.
París bajó el 1,44%, Londres el 1,70% y Francfort cedía el 1,79% antes de concluir la sesión. La Bolsa de Nueva York, por su parte, apenas se movía a media sesión tras algunos altibajos.
La presencia de dinero ha cesado al cambiar las condiciones del mercado y en esta jornada se negociaron 1.926,42 millones de euros en el Mercado Continuo, 1.400 millones menos que el día anterior y con 350 millones procedentes de operaciones institucionales.
Esta vez las compras se produjeron en el mercado secundario de deuda, en el que volvieron a subir los precios, más por encontrarse en niveles muy atractivos que por considerar los especialistas que se puede producir un vuelco a corto plazo en las posiciones de los inversores.
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