El Gobierno y la Xunta culpan a la oposición por el estallido de tres artefactos en sedes del PP gallego

El Gobierno central y el de la Xunta de Galicia se movilizaron ayer para atribuir a los partidos de la oposición la responsabilidad de haber creado un clima social proclive a la violencia, después de que tres artefactos de fabricación casera estallasen en dos sedes del Partido Popular gallego y en un edificio del Ejecutivo autónomo.

Los tres ataques se desarrollaron casi simultáneamente, sobre las tres de la madrugada de ayer. Dos bombas causaron serios destrozos en las oficinas del PP en Pontevedra y Moraña, y un cóctel mólotov ocasionó un pequeño incendio en dependencias de la Dirección General de Estructuras Pesqueras de la Xunta, en Santiago.

La primera explosión se produjo en Moraña, una pequeña localidad próxima a Pontevedra, sobre las 2.52 de la madrugada, y rompió los cristales de la oficina popular.

Pocos minutos después, un artefacto similar estalló en el bajo del edificio que alberga la sede del Partido Popular de Pontevedra, cuya puerta de hierro quedó arrancada casi de cuajo. La onda expansiva alcanzó también las dos primeras plantas. La serie de ataques se cerró a las 3.13 en Santiago de Compostela, con el lanzamiento de un cóctel mólotov contra una oficina de la Xunta de Galicia, que sufrió un pequeño incendio extinguido a los pocos minutos.

Los artefactos que explotaron en Moraña y Pontevedra eran casi idénticos, elaborados con bombonas de camping gas, pulverizadores, petardos y trozos de tela a modo de mecha

Antecedentes

Dos artefactos similares ya habían sido colocados el pasado diciembre, sin que llegaran a explotar, en las sedes del PP de otros dos pueblos de Pontevedra, Sanxenxo y Poio.

El delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, vinculó estas acciones con las perpetradas ayer y las atribuyó a "grupos radicales".

Las condenas a los ataques que repitieron durante el día los partidos de la oposición nacional y gallega no lograron frenar la cascada de declaraciones de dirigentes del PP responsabilizando de los atentados a sus adversarios políticos. La tesis de los populares es que la oposición ha creado un clima de "crispación social" con las movilizaciones contra la guerra de Irak y la gestión de la catástrofe del Prestige. "De los carteles, los insultos y los lanzamientos de piedras, hemos llegado a las bombas", declaró al término del Consejo de Ministros el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, quien agregó: "Cuando se siembran vientos, se recogen tempestades".

El presidente gallego, Manuel Fraga, apostilló: "Es importante no seguir creando clima que es aprovechado por violentos. Y con las manifestaciones se propicia un clima que los violentos aprovechan". PSOE e IU condenaron los ataques y se solidarizaron con el PP.