Los Quince piden a Duisenberg que prolongue después del 9 de julio su mandato en el BCE
El relevo está pendiente de si Trichet queda libre de cargos por el 'caso Credit Lyonnais'
Si había alguna duda, los ministros de Finanzas de la Unión Europea las aclararon ayer en Vouliagmeni, a 20 kilómetros de Atenas. Los Quince han alcanzado un consenso para pedirle al presidente del Banco Central Europeo (BCE), el holandés Wim Duisenberg, que continúe en su puesto y posponga su anunciado plan de marcharse el próximo 9 de julio. Nikos Christodoulakis, ministro de Economía de Grecia, país que preside la UE, le rogará que siga "hasta que la situación [de Jean Claude Trichet, su sucesor in pectore] se aclare".
Los Quince esperan que el gobernador del Banco de Francia y principal aspirante al puesto que ahora ocupa Duisenberg, Jean-Claude Trichet, siga manteniendo intactas sus aspiraciones si los tribunales que se ocupan del caso Credit Lyonnais no dicen lo contrario.
"Duisenberg será por el momento su propio sucesor", comentó antes de empezar ayer la reunión del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro) el ministro alemán, Hans Eichel. Como él, otros seis se expresaron en línea similar. "Por supuesto", respondió el francés, Francis Mer, al ser preguntado si París apoyaba esa hipótesis.
"Hay consenso para que siga más tiempo", comentaron el primer ministro luxemburgués y ministro de Finanzas, Jean-Claude Juncker, y el holandés Hans Hoogervost. Sólo el vicepresidente español, Rodrigo Rato ("España no pondrá objeciones" dijo) y la ministra portuguesa, Maria Manuela Dias Ferreira ("No nos opondremos") fueron algo más prudentes, pero sin mostrar ningún resquicio a su seguro apoyo a la fórmula.
Cuestión de tiempo
La única duda, y que en principio será resuelta durante la reunión de hoy de los ministros de Finanzas de los Quince (Ecofin), es por cuánto tiempo se quedará el todopoderoso Duisenberg en su puesto. Sólo el ministro irlandés, Charles McCreevy, se aventuró ayer a decir que será al menos "hasta septiembre u octubre". Pero la intención de Christodoulakis de pedirle que se quede "hasta que la situación se aclare" deja abierta esa incógnita que sólo será resuelta casi en su totalidad cuando la justicia francesa dicte sentencia el próximo 18 de junio sobre el caso Credit Lyonnays que ha salpicado a Trichet.
Lo que ya está claro es que Duisenberg no verá cumplido su deseo, expuesto en febrero del año pasado, de dejar el cargo el 9 de julio, al cumplir 68 años. Dado que entre el 18 de junio y el 9 de julio no habrá tiempo suficiente para reaccionar, los Quince han encontrado esa fórmula para favorecer al candidato francés, sobre cuya idoneidad nadie pone el más mínimo pero pese a que sus responsabilidades como ex director general del Tesoro cuando en 1992 estalló el escándalo del Credit Lyonnais (entonces un banco público en el que se descubrieron graves irregularidades contables) lo llevaron ante los tribunales.
Duisenberg fue nombrado por los Quince en 1998 presidente del BCE para ocho años. Pero él mismo admitió entonces que no agotaría el mandato "por razones de edad", mientras el presidente francés, Jacques Chirac, declaraba que Duisenberg se iría "una vez puesto en marcha el proceso del euro" y que el segundo presidente del BCE sería un francés. Era el arreglo, una vez que el canciller alemán Helmut Kohl había impuesto al holandés frente a las tesis de Chirac, que ya pugnaba entonces por colocar a Trichet.
Con la decisión de los Quince, Francia ve cumplida una condición que ha impuesto en los últimos meses: no poner en duda la honorabilidad ni la preparación de Trichet, quien sigue siendo el gobernador del banco estatal de la segunda potencia económica de Europa. Lo que ya tiene menos posibilidades es que se cumpla el reparto de mandato pactado por Chirac y Kohl. De entrada, porque ya han pasado más de los cuatro años de la mitad del periodo. Y porque cada día avanza más la hipótesis de que, sea quien sea el sucesor de Duisenberg, lo lógico es que lo sea para ocho años, el mandato que se fijó para el presidente del BCE.
No se espera, en cambio, arreglo alguno para sustituir a la finlandesa Sirkka Haemaelaeinen como integrante del comité ejecutivo del BCE. El belga Paul Degreuwe apenas ha conciliado apoyos, que sí tiene ya la austriaca Gertrude Tempel Gugerell.
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