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Reportaje:

"¿Y de quién son todos estos libros?"

Escolares gitanos de Sevilla celebran el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil acercándose a la lectura

Hora del café de media mañana. Algunos ciudadanos aprovechan ese ratito robado al trabajo para acercarse a la Casa del Libro de la céntrica calle Tetuán de Sevilla. Un receso que aprovechar para curiosear con calma las últimas novedades del mercado editorial en esta agradable librería. Eso es al menos lo que pensaban hacer ayer un grupo de desprevenidos amantes de la lectura hasta que una treintena de escolares gitanos del Colegio Andalucía irrumpieron en la tienda y la hicieron suya con sus correteos y sus cantes y bailes, que también los hubo, pese a los toques de atención que, disimuladamente, les daban sus tres profesoras. Pero era una misión casi imposible.

Nenete, Alba, Perla, Jesús, Juan, Tania y Maite y el resto de sus compañeros de clase recorrían asombrados las galerías de la librería y, de vez en cuando, reparaban en algún libro que llamaba su atención, si bien ésta se desvanecía en cuanto una nueva oleada de chavales pasaba por su lado reclutando voluntarios para, por ejemplo, "ir a donde están los libros de los mayores". Juan, metro y medio y pelo encrespado, era pese a su pequeña presencia el líder de esta revolución. "A tí te conozco, tú eres el flaco, el [policía] secreta de mi barrio", lanzó a la primera de cambio a este redactor cuando se le iba a preguntar por sus gustos literarios. "Leo poco, pero me gustan los libros que tienen muchos dibujos", explicaba Juan aclarada la confusión.

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"Es la primera vez que veo tantos libros; ¿de quién son?" se preguntaba a su lado Tania mientras repasaba La Bella y la Bestia. "Es que he visto la película", razonaba esta guapa gitana que se declaraba más amante del cante que de la lectura. Tras el impacto inicial que les causó la librería, los chavales fueron aplacándose ellos solitos, si bien el revuelo volvía a montarse en cuanto divisaban un micrófono o una cámara de las cadenas de televisión que cubrían el acto.

El organizador de esta iniciativa, el escritor Antonio Rodríguez Almodóvar, se las vio y se las deseó para lograr centrar la atención de estos escolares en el objetivo de la actividad: acercarles a un mundo, el de la lectura, que para la mayoría es un auténtico desconocido. Y lo consiguió recurriendo a la cultura de estos jóvenes: con un libro biográfico sobre Camarón. "Quién es éste", preguntó Rodríguez Almodóvar, "¡¡¡Camarooooon!!!, gritaron al unísono. Con el grupo ya calmado, la experiencia educativa siguió su curso. Los escolares, orquestados por Natalia Arjona, miembro de la Unión Romaní, representaron un fragmento de una "obra teatral libre" que ellos mismos han creado partiendo de experiencias propias de amor y desamor y, sobre todo, de las prestadas por sus mayores.

Según Natalia Arjona, que desde hace dos años participa en un programa de animación a la lectura con escolares de este colegio de la barriada de las Tres Mil Viviendas, el teatro se ha mostrado "como el mejor antídoto" para luchar contra el desinterés que estos niños muestran hacia los libros. Esta monitora, la "tita" como la llaman algunos, achaca este desinterés a dos claros factores: la escasa comprensión lectora de estos chavales poco habituados a la lectura y la exclusión social que padecen y que provoca que lo que cuentan los libros no les interese porque no se ven reflejados en sus historias. Inconvenientes que ayer al menos se limaron un poco con la visita iniciática de estos niños a una casa de libros.

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