El fiscal pide cadena perpetua para el asesino de Fortuyn
Para la acusación, Van der Graaf atentó contra el Estado de derecho
Koos Plooy, fiscal de la causa contra Volkert van der Graaf, presunto asesino del líder ultraderechista holandés, Pim Fortuyn, utilizó ayer una sombría metáfora para solicitar cadena perpetua, sin limitación de tiempo, para el acusado. "El que dispara contra el corazón de la democracia y comete un crimen sin precedentes en este país, merece un castigo ejemplar", dijo, rechazando los motivos políticos aducidos por la defensa como posible circunstancia atenuante. Los familiares del político muerto aplaudieron satisfechos al escuchar la petición de la acusación. El fallo se hará público en las próximas semanas.
La cadena perpetua tiene un límite máximo de 20 años en Holanda. En esta ocasión, sin embargo, la fiscalía sostiene que el crimen cometido por Van der Graaf supuso un atentado contra el Estado de derecho y es mejor castigar duramente al asesino para que nadie trate de imitarle en el futuro. "Dejando a un lado el cariz de sus ideas, Fortuyn pudo haber jugado un papel importante en la política holandesa. Con su muerte pretendió frustrarse el proceso democrático mismo. Algo que no debe repetirse jamás", afirmó el fiscal Plooy al elevar a definitivas sus conclusiones.
Plooy también calificó el asesinato de Fortuyn como "cobarde" porque el acusado pretendía darse a la fuga y permanecer en el anonimato después de haber cometido su crimen, por lo que dudó de los motivos alegados para por éste para justificar el asesinato.
Britta Böhler, una de los abogados de la defensa, replicó asegurando que el clima político respirado en Holanda al tiempo del crimen explicaba, por si solo, las acciones del procesado. "Desde luego que esa situación no fue la responsable de la muerte, sino él. Pero otras personas pensaban lo mismo que mi cliente del peligro social que suponía la figura de Fortuyn", señaló. Su colega, Stijn Franken, añadiría que una cadena perpetua literalmente aplicada le parecía excesiva. En especial porque su cliente carece de antecedentes penales y ha soportado desde su detención, en mayo pasado, unas estrictas condiciones carcelarias.
Para evitar un posible suicidio, la celda de Van der Graaf fue vigilada al principio. Las luces no se apagaban y las cámaras de vídeo tampoco. La situación se suavizó después de una huelga de hambre y cuando se llegó a la conclusión de que no trataría de quitarse la vida.
Satisfecho con la petición de la fiscalía, Marten Fortuyn, hermano del fallecido, no pudo evitar ponerse en pie y levantar el pulgar en señal de triunfo cuando oyó que la cadena perpetua debía ser para siempre.
Un grupo de seguidores de Pim Fortuyn, que saludaron con gritos de "asesino, asesino", el paso del vehículo que llevó a Vol-kert van der Graaf al edificio habilitado para el juicio, silbaron y patalearon satisfechos al escuchar al fiscal.
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