Los beneficios de las empresas caen un 31,2% por Latinoamérica y el UMTS
El Banco de España dice que la recuperación de la confianza depende de la crisis de Irak
El beneficio neto de las empresas no financieras cayó el año pasado el 31,2%, frente al descenso del 13% registrado en 2001, según el Banco de España. Las "abultadas dotaciones netas a provisiones" (un 255,4% más que en 2001) para sanear riesgos en Latinoamérica y las "fallidas inversiones" en telefonía móvil UMTS han afectado negativamente al beneficio neto total, aunque no a los resultados ordinarios ni a la rentabilidad. El banco señala que la confianza y las expectativas de impulso económico dependen de que se clarifique la situación en Oriente Próximo.
Son malos tiempos. Durante 2002, Argentina, Brasil y Venezuela, por distintas razones, sufrieron los peores momentos de sus historias recientes. Cuando aquello se calmó, la guerra en Oriente Próximo extendió la incertidumbre. En medio de este panorama se enmarca la caída del 31,2% en el beneficio neto de las empresas no financieras, según los datos de la Central de Balances del Banco de España, publicados ayer. En 2001, cayeron el 13% y un año antes, había aumentado el 14,6%.
A pesar de las "abultadas" provisiones -un 255,4% más que un año antes- que las empresas debieron hacer para rescatar a sus operaciones en América Latina y la retirada de Telefónica de los proyectos europeos de UMTS, el efecto no fue tan negativo en los resultados ordinarios de las empresas ni en su rentabilidad, ya que ambos se calculan a partir de los excedentes obtenidos por la actividad ordinaria.
Por ello, el resultado ordinario neto -excluye gastos excepcionales- de las compañías de la muestra aumentó en el 2002 el 7,6%, frente al 7,9% del ejercicio anterior, mientras que la rentabilidad del activo neto creció el 9% y la de los recursos propios el 12,9%, en ambos casos por encima de 2001.
Esta mejora es una señal, en opinión del Banco de España, de que existen condiciones para el despegue de la inversión en cuanto se clarifiquen las expectativas. El informe señala que el clima de incertidumbre generado en la última parte del año por las crecientes tensiones en Oriente Próximo ha afectado a los precios del petróleo y, de modo más general, a la confianza y a las expectativas de relanzamiento de la economía, "que dependen de la clarificación de este panorama". El banco también destaca que la evolución reciente de los países latinoamericanos en los que se concentran las principales inversiones españolas (Argentina, Brasil, Chile y México) ofrece "algunos indicios de estabilización y de mejora de las expectativas".
"A pesar del desfavorable entorno internacional", explica el informe, "el crecimiento del empleo medio de las grandes y medianas empresas españolas mantuvo en 2002 una tasa de variación positiva, aunque muy reducida (0,2%), lo que confirma tanto la relativa resistencia con la que las empresas están atravesando este periodo de mayor incertidumbre como el paulatino impacto negativo que el clima internacional ha causado al proceso de generación de empleo". Esto es una novedad, según la entidad dirigida por Jaime Caruana. El banco destaca en su informe la evolución del empleo temporal, que cayó el 1,9% y fue el único que se vio afectado por la reducción de la actividad. Mientras, el empleo fijo continuó aumentando, aunque lo hizo el 0,6%, un ritmo menor al que lo había hecho el año anterior (el 1,3%).
Moderación salarial
Las empresas que crearon empleo, fundamentalmente fijo, fueron aquellas cuyas remuneraciones medias evolucionaron de forma más moderada, dice el informe, mientras que la destrucción de puestos de trabajo -sobre todo temporales- se dio en las que experimentaron mayor crecimiento de los salarios medios. La remuneración media creció el pasado año el 3,7%, frente al 3,8% de 2001, lo que refleja la existencia de una ligera contención salarial.
El Banco de España advierte de que las implicaciones de esta evolución sobre los costes empresariales y sobre la competitividad, la inversión y en la creación de empleo son obvias, por lo que cabe esperar que esta evolución se acabe vinculando a la de la productividad para evitar "indeseables efectos en la inflación o en el empleo".
En 2002, las empresas tuvieron aumentos moderados en su actividad productiva, ligeramente mayores a los registrados en 2001. Estos crecimientos estuvieron fundamentados en el mantenimiento de la demanda interior, lo que afectó positivamente a las empresas de comercio, transporte y comunicaciones.
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