Fraga no se atrevió

"Pagar para que le insulten a uno, no lo hace más que un tonto". Con esta rotunda frase explicó el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga (el pasado día 13 de febrero, 12 días después de la gala de entrega de los premios Goya) su decisión de retirar el patrocinio de su Gobierno a la entrega de estos premios del teatro y de la Danza, que se iba a realizar en Santiago de Compostela el próximo 5 de mayo.

Ayer no hubo insultos, sino abandono. Plante de actores en contra de la guerra de Irak. Los actores finalistas de estos premios decidieron abandonar la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autonómico donde el presidente de la región, Alberto Ruiz-Gallardón, había organizado una recepción.

Fraga eludió de raíz la posibilidad de que se reprodujera una gala reivindicativa en contra de la guerra de Irak como la que se vivió durante la entrega de los premios del cine, en los que también se denunció la gestión del Gobierno en la crisis causada por el petrolero Prestige. Ruiz-Gallardón, decidió mantener la recepción, pese a que los actores ya habían mostrado su intención de hacer de este acto otra reivindicación y cumplieron lo prometido haciendo que el acto quedase aguado.

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), entidad organizadora de los Premios Max de la Artes Escénicas, llegó, después de la negativa de Fraga, a un acuerdo con el alcalde de Vigo, Lois Pérez Castrillo, del Bloque Nacionalista Galego (BNG), que gobierna el consitorio con el apoyo del PSOE, para que la gala tenga lugar en la fecha prevista y "en Galicia". Salvo que las cosas vuelvan a torcerse, se celebrará en el Centro Cultural Caixa Nova de Vigo, y será retransmitida por La 2 de Televisión Española y presentada, entre otros, por Sergio Pazos, del desaparecido programa televisivo Caiga quien caiga.