Un grupo de actores abandona un acto con Gallardón en protesta por la guerra
Los artistas guardan un minuto de silencio por la muerte de Úrculo
Unos estuvieron y dieron plante al presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón. Otros hicieron algo muy teatral -mutis por el foro- y no acudieron al acto de entrega de los maximinos de las Artes Escénicas y de la Música (antesala de los premios Max). La ceremonia no llegó a celebrarse por culpa de la guerra de Irak.
Los anfitriones de la ceremonia, como es tradicional, eran Ruiz-Gallardón y Alicia Moreno, consejera de las Artes de la Comunidad, junto con Eduardo Bautista y Ana Diosdado, de la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Todos ellos, año tras año, desde que se crearon estos galardones hace seis años, han invitado a una cena para celebrar las candidaturas.
Pero este año, la guerra lo impregna todo. La semana pasada, Pilar Bardem y otros profesionales del teatro ya anunciaron que preparaban una "sorpresa" para el presidente regional. A su vez, Ruiz-Gallardón anunció que mientras él sea presidente del Ejecutivo regional, no le negaría la palabra a nadie. Y ayer los actores llegaron y hablaron. La actriz Anabel Alonso, con una pegatina de "No a la guerra", inició el acto "no festivo, informal y sobrio". El actor Roberto Enríquez, también finalista, subió al estrado y, dirigiéndose a Ruiz-Gallardón, le dijo: "La guerra era evitable, usted lo sabe. Es ilegal, porque viola la carta de las Naciones Unidas, y es inmoral".
El grupo de actores pidió al presidente que se manifestase contra la guerra y que dimitiese de su cargo "o de lo contrario" preferirían no cenar con él y abandonar la ceremonia, lo que finalmente hicieron entre algunos gritos de "no a la guerra".Tras un minuto de silencio por la muerte del pintor Eduardo Úrculo, acaecida ayer por la tarde en Madrid, intervino Ana Diosdado, presidenta de la SGAE, para decir a sus compañeros que estaba de acuerdo con ellos, pero que "también había que agradecer a la Comunidad de Madrid por recibirlos y a Gallardón por estar presente".
Ruiz-Gallardón se dirigió brevemente a los asistentes para recordarles que, como cada año, les recibió en la sede de la Presidencia de la Comunidad y que, si el año que viene es alcalde de Madrid, les invitará a celebrar esta fiesta en el Ayuntamiento de la capital.
Tanto el presidente regional como otras autoridades, Ana Diosdado y otros miembros de la SGAE e invitados departieron una vez que los finalistas habían abandonado la Real Casa de Correos.
Unos finalistas no llegaron a ir por diversas razones (Fernán-Gómez, Francisco Nieva, Lluis Pasqual, Mario Gas, Josep Maria Flotats, José Luis Gómez, Anna Lizarán, Sara Baras, Rafael Amargo, María Jesús Valdés). Otros se marcharon entre gritos de "No a la guerra" a cenar en un local próximo a la Puerta del Sol (Pilar Bardem, Carmen Elías, Maru Valdivieso, Francesc Orella, Juan Margallo). Unos y otros estaban anoche orgullosos de su actitud. Lo que está claro es que los finalistas se quedaron sin recibir una gallarda para llevar como broche con la manzana de los Max y una pequeña estatuilla, a la que se da el nombre de maximino, con el mismo motivo y que no es más que un aperitivo de lo que puede venir después, el 5 de mayo en la ciudad gallega de Vigo. Tanto estos objetos, como la estatuilla de los Max son una manzana, con máscara de teatro, diseñada en bronce por Joan Brossa, uno de los creadores más vanguardistas del siglo XX.
Entre los finalistas sobresalen tres espectáculos por tener mayor número de opciones a lograr premios Max: La Gaviota, que también lucha por hacerse con las estatuillas al mejor espectáculo, actriz (Carmen Elías), vestuario, iluminación, actor (Roberto Enríquez), actor de reparto (Juan Antonio Quintana) y productor; La caída, con dirección de Carles Alfaro e interpretación de Francesc Orella, que opta al mejor director, escenografía, iluminación, actor y productor; y París 1940, basado en textos de Louis Jovet, con dirección e interpretración de Josep Maria Flotats, montaje que opta al premio al mejor espectáculo, director, traductor y actor.
Fernando Fernán-Gómez y Francisco Nieva, compiten por el Max al mejor autor teatral en castellano (también optan otros al mejor autor en catalán, gallego y vasco), con la joven, aunque consolidada, Laila Ripoll.
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