Azkuna asegura que el PP intentará arrebatar Bilbao al nacionalismo "cueste lo que cueste"
El alcalde insta a "no caer en triunfalismos" y "no prometer lo que no se pueda cumplir"
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, aseguró ayer, en su primer acto oficial como candidato a la reelección, que el PP pretenderá sustituir a la coalición PNV-EA en la villa "a toda costa y cueste lo que cueste". Por eso, y dado lo ajustado de su victoria hace cuatro años, Azkuna hizo un llamamiento a "no caer en triunfalismos" y a "no prometer lo que no se pueda cumplir". En un tono más duro que el del regidor, el presidente del PNV en Vizcaya, Iñigo Urkullu, afirmó que Bilbao se ha convertido para el PP en el "símbolo de la revancha contra el nacionalismo vasco".
Los últimos resultados electorales hacen prever una feroz disputa por Bilbao, la única capital de Euskadi gobernada ahora por los nacionalistas. En las municipales de 1999, en pleno alto el fuego de ETA, la coalición PNV-EA obtuvo 11.473 votos más que los populares, una diferencia más exigua de la esperada por los nacionalistas, que les dejó con nueve concejales frente a los ocho del PP. En las últimas autonómicas, en 2001, el PP logró 6.155 papeletas más que los nacionalistas.
De hecho, Urkullu dijo que Bilbao es el "objetivo número uno" del PP. La lista popular, que calificó de "tomadura de pelo", incluye, recordó el dirigente peneuvista, "al presidente del Gobierno español [Aznar cierra la lista popular] y a altas personalidades de lo que representa la plataforma ¡Basta Ya!", en referencia a Edurne Uriarte, Jon Juaristi o Iñaki Ezkerra. "Sólo falta [Ricardo García] Damborenea, no sabemos si va a ser la sorpresa final", ironizó Azkuna.
El primer edil explicó que la lista de PNV-EA deberá ser la más votada si quiere gobernar Bilbao porque socialistas y populares quizá sumen sus votos tras el 25-M. A los dos centenares de militantes que asistieron al acto, Azkuna les pidió "firmeza y tenacidad" ante los "ataques" que sufrirán.
"Somos nacionalistas", recalcó Azkuna, quien reivindicó "el viejo liberalismo" bilbaíno "por su amor a la libertad de pensamiento y de espíritu"; instó por ello a "preservar el estatus plural de Bilbao con todas las fuerzas".
Ofreció su apoyo a las víctimas y los amenazados de ETA, a la que acusó de "haber prostituido la convivencia". "No queremos a Sadam [Husein] como tampoco queremos a ETA", proclamó y exigió a la izquierda abertzale que condene la violencia etarra y no sólo la guerra contra Irak.
Al acto asistieron el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara, y el portavoz peneuvista en el Congreso, Iñaki Anasagasti, ninguno de los cuales había acudido la víspera a la presentación de las candidaturas forales en Vizcaya. También estuvieron presentes la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia; el aspirante a suceder a Bergara, José Luis Bilbao, y los ex alcaldes Jon Castañares, José Luis Robles y Josu Ortuondo, entre otros.
Delineó también Azkuna su programa electoral, con el que pretende transformar los barrios de la capital vizcaína: potenciar el transporte público y los carriles bici; adoptar medidas junto con otras instituciones para facilitar el acceso a la vivienda y al empleo, sobre todo de la juventud y crear una concejalía de Empleo; implantar políticas que promuevan la justicia social, e impulsar la construcción de nuevos aparcamientos y de más zonas verdes.
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