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Viena compara la obra de Calatrava con el vuelo de las aves

El artista resalta el "vínculo entre la arquitectura y el gesto humano"

Volar es un sueño del durmiente y una añoranza que impulsa el ingenio de los despiertos. Ingenios como el de Santiago Calatrava, cuyas obras se presentan hasta el 25 de mayo en el Museo de Historia del Arte de Viena. La exposición, titulada Como un pájaro, combina 30 maquetas, esculturas y varias acuarelas del arquitecto valenciano con esqueletos de águilas y cigüeñas, así como otras aves embalsamadas.

Los modelos de la muestra fueron escogidos según la similitud de su estructura con la de las aves, como el puente de Alamillo y otros puentes de nítido esqueleto, los auditorios de Valencia y de Tenerife y el aeropuerto de Sondica en Bilbao, con sus formas aerodinámicas, el museo de arte de Milwaukee, en EE UU, el centro de ciencias de Valencia, estaciones de tren o el rascacielos de viviendas en construcción en la ciudad sueca de Malmö. Para regocijo de los niños, algunos de los modelos, como el Complejo de squash en Berlín, o el pabellón de Basilea, se pueden mover mecánicamente, como si tuvieran alas. Los pájaros embalsamados que enmarca la exposición, considerados obras maestras de taxidermia, proceden en gran parte de la colección del hijo de los emperadores Francisco José y Sisí.

Calatrava se mostró encantado con esta peculiar fórmula, quizá muy vienesa, de presentar su obra. Indicó que recurrir a imágenes de pájaros y del psicoanálisis le parece algo "legítimo" para concebir una exposición.

Poniéndose a tono con el estilo freudiano, añadió que, no obstante, esta visión sólo puede ser un reflejo de su nivel "subconsciente", porque, afirmó, "nunca quise hacer un edificio que se pareciera a un pájaro".

En la búsqueda de alusiones en la obra de Calatrava, él mismo considera "más realista ver aspectos eróticos que la cuestión de pájaros". Más que los animales voladores, le inspira el cuerpo humano, que observa y dibuja desde hace muchos años, como demuestran sus acuarelas expuestas en Viena. "Existe un vínculo directo entre la arquitectura y el gesto humano. Si extraterrestres descubrieran un día nuestros edificios sin hombres, seguro que en función de las formas y los espacios podrían imaginarse cómo está hecho el hombre".

Fue la conservadora Liane Lefaivre quien escogió esta "perspectiva de pájaro" , no sólo porque opina que la obra de Calatrava "representa el profundo deseo humano de volar", sino también porque de esta forma tuvo la oportunidad de mezclar con obras de arte valiosas piezas de las colecciones del Museo de Historia de la Naturaleza, edificio gemelo del Museo de Historia del Arte.

Entre ambos edificios, construidos a finales del siglo XIX, el director del Museo de Historia del Arte, Wilfried Seipel, proyecta construir un espacio subterráneo y desearía que Calatrava participara en el concurso, que aún no ha sido convocado. "Este museo ha sido tan generoso conmigo que por gratitud me siento casi obligado a contribuir en una cuestión tan importante y delicada como su ampliación en la plaza de María Teresa", dijo el arquitecto, quien en estos momentos está trabajando en la construcción de una decena de obras, entre las cuales la que más le apremia es el anillo olímpico en Atenas.

Maqueta del edificio Turning Torso, en Malmö (Suecia), de Calatrava.
Maqueta del edificio Turning Torso, en Malmö (Suecia), de Calatrava.

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