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Reportaje:

Contra el rechazo, conocimiento

La mezquita de Granada prepara su inauguración con jornadas de puertas abiertas a grupos ciudadanos

Javier Arroyo

La nueva mezquita de Granada abrirá sus puertas el próximo 10 de julio. Después de años de dificultades administrativas y económicas, además de recelos por parte de algunos sectores de la ciudad, el recinto encara ya su última fase de construcción a falta, sobre todo, de los detalles decorativos. Como el conocimiento es la mejor vacuna contra el rechazo, los responsables de la mezquita llevan semanas mostrando el edificio y contando en qué consiste su proyecto religioso y cultural a diferentes colectivos.

La idea de levantar una mezquita en Granada surgió hace casi veinte años. A pesar de la importancia de la comunidad musulmana en la ciudad, ésta no contaba hasta ahora con un edificio construido específicamente para ese fin. Los musulmanes se reúnen para rezar en pisos habilitados. Ahora, dos décadas después, la mezquita se alza a escasos veinte metros de la Plaza de San Nicolás, en la parte alta del Albaicín granadino.

Parte de la culpa de que el proyecto se haya demorado veinte años hay que buscarla en las reticencias de un sector de la sociedad granadina. Para acabar con eso, Malik Abder Rahman, responsable de la Comunidad Islámica en España (no confundir con Comunidad Islámica de España), ha puesto en marcha un programa de visitas. "No hay nada más peligroso que el desconocimiento, a veces propiciado por los responsables de los proyectos", dice. Las visitas pretenden acabar con el supuesto secretismo sobre la mezquita.

Así, las asociaciones de vecinos y amas de casa del Albaicín, un grupo de abogados, algunos miembros de la Universidad de Granada, un grupo de trabajo social del barrio e incluso un grupo de estudiantes del colegio religioso católico Divino Maestro han pasado ya por el recinto. Convencido de que esta política imbricará el proyecto en la sociedad granadina, la mezquita estará abierta a estas visitas hasta su apertura definitiva en julio. Según cuenta Abder Rahman, los visitantes se quedan muy satisfechos de su paso por el edificio. Por ello, y pese a que las mezquitas una vez abiertas al culto sólo pueden ser visitadas por fieles, Abder Rahman tiene previsto mantenerlas tras la apertura.

"Hemos de hacer un esfuerzo porque el proyecto esté integrado no sólo en el plano arquitectónico, sino también, y esto es importantísimo, socialmente", explica Abder Rahman, que toca así las dos principales dificultades de su proyecto.

En su día, el edificio levantó polémica incluso desde el punto de vista de la posible interferencia de la mezquita en las vistas clásicas del Albaicín. Tal fue la presión que el Ayuntamiento, en un hecho nunca antes ni después repetido, ordenó construir una maqueta a tamaño real del edificio para que quien quisiera pudiera hacer alegaciones. El resultado es un edifico totalmente integrado en la arquitectura albaicinera y que apenas se distingue de las construcciones circundantes sino por el discreto minarete.

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Los vaivenes de esta mezquita han sido numerosos. Aunque todo comenzó hace casi veinte años, ha sido en los dos últimos cuando se ha empujado definitivamente el proyecto. El coste final ronda los dos millones y medio de euros, que, finalmente, ha financiado una fundación constituida por la Comunidad Islámica en España (con mayoría) y el ministerio de asuntos islámicos del emirato árabe de Sharjah. La fundación es la propietaria de esta mezquita, abierta, dicen sus responsables, "a todos los musulmanes, independientemente de a qué grupo pertenezcan".

Centros de oración

La apertura de la Mezquita de Granada no sólo es importante por el peso simbólico y numérico de la comunidad musulmana de la ciudad, sino porque en Andalucía sólo existen actualmente mezquitas modernas en Fuengirola y Marbella.

Eso no quiere decir que no se hayan habilitado edificios para el culto. De hecho, una consulta a la página web de la Comunidad Islámica de España (www.cislamica.org), revela que la única provincia andaluza donde aún no existe ningún centro vinculado a una comunidad islámica es Almería.

En el extremo opuesto está Granada. En la capital existen siete centros de culto, y hay dos más en Salobreña y Puebla de Don Fadrique.

Sevilla y Málaga tienen seis centros cada una, sólo que mientras la primera los concentra en la capital, en Málaga la mayoría de las mezquitas y centros musulmanes están en la costa. Córdoba cuenta con tres centros en la capital y uno en Almodóvar del Río. En Cádiz, hay un centro de rezo en Algeciras y otro en Jerez; en Jaén, uno en Linares y otro en la capital, y en Huelva, uno en Almonaster.

Por eso, los promotores de la mezquita de Granada quieren convertir su apertura en un acontecimiento. La ceremonia del 10 de julio contará con la presencia del máximo financiador de las obras, el Sultan de Sharjah, y con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan.

Pero entre el 6 y el 13 de julio, la Comunidad Islámica en España tiene previstas actividades de todo tipo, que quiere desparramar por distintas plazas de la ciudad, para lo que cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento. Una de las actividades será un zoco en el que habrá música, té y todo tipo de artesanías. También tendrán lugar actuaciones de músicos de varios países árabes, como el cantante turco Omar Faruk o las orquestas de Tetuán o Fez.

Finalmente, los organizadores tienen previsto un ciclo de conferencias en el que se tratan distintos aspectos de la cultura musulmana. Todos los acontecimientos serán abiertos.

La mezquita de Granada no va a ser sólo un lugar para prácticas religiosas. Contará además con un centro de estudios y una biblioteca. Esta zona, cuenta Abder Rahman, estará abierta a no musulmanes que tengan interés en atender cualquiera de los cursos o conferencias que se programen. Para asistir a ellos o para concertar una visita, contactar con la Comunidad Islámica en España. (958 220 755, o info@cislamica).

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