El PP se defiende: trabajamos por la paz
Escribo esta carta movido por un sentimiento de honda preocupación. En los últimos días estamos asistiendo a episodios violentos —protagonizados por quienes dicen defender la paz— contra la libertad de expresión, contra el derecho a la participación de la juventud en el desarrollo político de nuestra democracia, contra la dignidad de las personas e incluso contra la integridad física de dirigentes y militantes del Partido Popular y sus Nuevas Generaciones. El atentado contra estos derechos, todos ellos protegidos por nuestra Constitución, constituye además una agresión al sistema democrático español cuando la única razón que los promueve es la persecución sistemática a las personas por su pertenencia a un partido político.
He nacido en democracia, he crecido en democracia y sólo conozco la convivencia en democracia. Nunca pensé que en España pudiera volverse a la satanización, persecución y agresión de un partido y de las personas que lo componen. Nunca pensé que en España pudiera volver a sentirse miedo por el mero hecho de militar en un partido político. Nunca pensé que algún día pudiera estar escribiendo estas letras.
Es sorprendente ver cómo se asaltan las sedes de mi partido, se pintan dianas en sus fachadas, se agrede a sus militantes, se impide la celebración pacífica de sus actos públicos o se llama terroristas a personas que arriesgan sus vidas por defender la libertad en el País Vasco, como son Carlos Iturgaiz o Jaime Mayor Oreja. Es sorprendente que todo esto se haga en nombre de la paz.
Los militantes de las Nuevas Generaciones del Partido Popular llevamos muchos años prestando un servicio a la sociedad joven española, sin esperar nada a cambio. Hemos entregado, entregamos y seguiremos entregando los mejores años de nuestra vida al sueño de una juventud desarrollada en una sociedad tolerante, democrática y plural. Nada nos va a detener en nuestro camino hacia ese sueño y, menos aún, la amenaza del insulto y la agresión.
En nombre del servicio altruista prestado a nuestra sociedad a lo largo de todos estos años, por primera vez me atrevo a pedir algo a cambio: dejadnos seguir trabajando en paz y por la paz.—
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.