La eléctrica francesa EdF redujo su beneficio el 42,8% en el año 2002

La compañía Eléctrecité de France (EdF) obtuvo el año pasado unos beneficios de 481 millones de euros, lo que supone un descenso del 42,8% sobre los obtenidos el año anterior, según informaron ayer François Roussely, presidente de EdF, y Daniel Camus, el director general financiero del grupo. El volumen de facturación ascendió a 48.359 millones de euros, lo que supone un aumento del 18,8%.

Según señalaron los dos máximos responsables de la empresa durante una conferencia de prensa en París, dos factores han pesado de forma notable en la cuenta de resultados. En primer lugar, el importante endeudamiento neto de la compañía eléctrica (ascendió a 25.829 millones de euros, frente a 22.200 un año antes) y las pérdidas generadas por las filiales latinoamericanas Edenor y Light (argentina y brasileña, respectivamente), que, sumadas, supusieron un saldo negativo de 1.022 millones. Estas pérdidas son achacables en gran medida a la depreciación del peso y del real con respecto al dólar.

El balance de EdF, con ser el peor de los últimos ocho años, no sume el grupo en números rojos, tal y como habían pronosticado las páginas económicas de algunos diarios franceses en los últimos días. Roussely subrayó que "el 91% de nuestra actividad tiene lugar en Europa", recordó también que "hemos vivido el invierno más cálido de los últimos 50 años y esto hizo que el consumo de energía eléctrica retrocediese en un valor equivalente de 8 millones de euros diarios". Subrayó, no obstante, que "tenemos casi 47 millones de clientes" y que "estamos bien preparados para abrir, en julio del 2004, el 70% del mercado francés a la competencia internacional". Roussely, que se quejó de la falta de fondos propios a EDF para poder desarrollar su política de expansión internacional, reclamó al Ministerio de Economía y Finanzas "un aumento no simbólico de las tarifas eléctricas que nos compense de las obligaciones crecientes como servicio público". El aumento solicitado era del 4,8%, pero el Gobierno no ha querido autorizarlo por razones sociales. En cualquier caso, el precio del suministro eléctrico en Francia para las pequeñas y medianas empresas (menos de 5 millones de kilovatios de consumo) es más barato que el de mercados totalmente liberalizados, como el británico, alemán o austriaco, o que el de mercados regulados, como el español, portugués, holandés, italiano, belga, suizo, irlandés o danés.