El net.art también combate las actitudes belicistas

¿La PlayStation instiga a la violencia? Es posible, pero no siempre. El artista californiano Mikel Reparaz ha decidido utilizarla para demostrar de una forma irónica su oposición a la guerra en Irak y a la política de agresión del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

El proyecto se titula Buy Bush a Playstation 2 y se desarrolla alrededor de una recogida de fondos para comprar al presidente una de las célebres consolas y una copia del videojuego bélico SOCOM: U.S. Navy Seals.

"Los últimos acontecimientos políticos demuestran que el presidente prefiere satisfacer sus fantasías bélicas que buscar una solución a los problemas del terrorismo internacional. Es evidente que el presidente Bush nunca ha jugado con los videojuegos. Quizás sobre él podrían tener un efecto catártico y evitar la masacre de civiles iraquíes", afirma Reparaz, cuyo proyecto ha levantado un debate que se documenta en dos secciones de la página web: uno en pro y otro en contra.

Un proyecto sarcástico

El sarcasmo es el instrumento utilizado también por LAN - Local Area Network, un colectivo de artistas suizos que trabajan en el campo de la construcción de redes y en proyectos interactivos.

Su último trabajo sigue investigando la intimidad y la vigilancia electrónica en relación con las más recientes iniciativas internacionales concebidas con el objetivo de proteger a los ciudadanos contra posibles ataques terroristas. Se trata de SuPerVillainizer, un proyecto que ofrece la posibilidad de generar falsas conspiraciones a partir de una inusual base de datos que reúne a "los más peligrosos delincuentes del mundo".

El internauta debe elegir tres personajes de este archivo (entre los cuales se encuentran políticos de la talla de George W. Bush, Saddam Hussein y Tony Blair) y la aplicación en red se encargará de registrarlos con una falsa dirección electrónica en un servidor suizo y posteriormente los pondrá en comunicación.

De esta forma los tres se convertirán en conspiradores que están planeando, pongamos, contaminar las aguas de Suiza, y como tales serán susceptibles de ser rastreados por los sistemas de interceptación de datos.

"Después del 11 de septiembre, los sistemas de control de las comunicaciones electrónicas han proliferado y su eficacia resulta muy dudosa. SuPerVillainizer demuestra que cualquiera puede convertirse en un conspirador", argumentan los miembros de LAN, que subrayan cómo estas estrategias de vigilancia rozan el absurdo cuando intentan definir los perfiles genéricos de los posibles enemigos.

Estado de pánico

De lo público a lo privado, de los bombardeos teledirigidos a los sistemas de vigilancia doméstica, la seguridad se ha convertido en uno de los sectores clave para la aplicación de las nuevas tecnologías, como señala irónicamente el californiano Kenneth Hung en su obra 60X1.CAM™, donde utiliza la sátira para ilustrar el estado de pánico generalizado que aqueja a la sociedad americana desde los atentados del 11 de septiembre.

Tras lanzar un Anti-War Web Ring, es decir una estructura que enlaza varios sitios web contra la guerra, Andy Deck, uno de los artistas pioneros del net.art, ha concebido dos nuevos proyectos sobre el tema.

Psy Op-art se centra en las octavillas lanzadas por los americanos en las zonas de guerra, presentándolas de forma tal que demuestren la feroz estrategia de manipulación psicológica, oculta detrás de la promesa de protección de las poblaciones autóctonas.

Andy Deck invita a los internautas a imprimir sus octavillas y a difundirlas en los países aliados, en especial modo en Estados Unidos, Gran Bretaña y España. Ceci n'est pas un mensonge; en cambio, analiza el poder de la información como instrumento decisivo de la guerra del siglo XXI.

Para denunciar la ambigüedad de las imágenes producidas por el secretario de Estado Colin Powell como pruebas irrefutables de la amenaza iraquí, Deck sustituye los pies de foto con unos bocadillos de comic vacíos. Su objetivo es denunciar la falsedad de unas imágenes que pretenden tener la fuerza de pruebas, pero que confían su poder de convicción en unos pies de foto, intercambiables como en un comic o en una obra del artista Magritte.