El viaje paralelo

EN UNA novela basada en hechos y personajes reales, el trabajo de documentación suele deparar sorpresas y confirmaciones al autor. Para El paraíso en la otra esquina, Vargas Llosa quiso viajar a los sitios en los que vivieron sus dos personajes y eso implicó desplazarse a través de Francia y viajar a Londres, Lima, Arequipa, Tahití y las islas Marquesas, en el Pacífico. Su hija Morgana, fotógrafa de prensa, acompañó al escritor en esos viajes. El libro Las fotos del paraíso (Alfaguara), con un texto de Mauricio Bonnett, combina la visión de los paisajes, las calles y los vestigios del paso de los dos personajes por este mundo, con la crónica visual de una fase esencial y normalmente invisible, en el trabajo creativo del escritor.

"Trabajábamos los dos a la vez, él tomando notas y yo captando los lugares y las personas relacionadas con la novela. Antes me había hecho un trabajo paralelo, leí los mismos libros que él para poder seguirlo", explica Morgana."Cuando estaba preparando el proyecto, tenía la idea de hacer un libro con imágenes muy meditadas. Estaba dispuesta a esperar horas para que la luz fuera la más adecuada, para escoger el ángulo y la composición, pero a los pocos días, con el ritmo imparable del viaje, me di cuenta de que iba a ser imposible".

En los viajes surgieron también algunos personajes que no aparecen en la novela, pero que, de alguna forma, están ligados a los protagonistas, como los jinetes nativos de las Marquesas sobre sus caballos a la orilla del mar como en el célebre cuadro del pintor, las jóvenes tahitianas actuales, casi idénticas a las que él pintaba; las bisnietas de Gauguin, rotundas y vestidas con sus pareos de colores, o el "guardián" de la casa en Lima en la que él vivió durante su infancia, un pintor parecido a Valle-Inclán. "Me sentía más cercana a Gauguin que a Flora. Quizá por los cuadros. Vi lo que él vio. Lo de Flora me lo tenía que imaginar. Aun así, los dos personajes son fascinantes".

Las fotos del paraíso. Morgana Vargas Llosa. Alfaguara. 207 páginas. 29 euros.