Una despedida que se ha fraguado en los tres últimos años
Desde una tribuna en los periódicos del grupo Joly, en entrevistas o actos públicos, Manuel Pimentel ha ido marcando distancias con el PP en los últimos tres años. El hecho de estar fuera de la política activa le ha permitido enjuiciar la actualidad sin el corsé que impone la disciplina de partido. En este tiempo, ha cuestionado la efectividad de medidas como el decretazo, los ataques a los nacionalistas del PNV, pero sus opiniones más sonoras se han centrado en la inmigración, la destitución de la dirección del PP de Córdoba que encabezaba el senador Enrique Bellido, el rumbo de la oposición en Andalucía o la guerra contra Irak.
- Inmigración. Cuando Pimentel dimitió como ministro de Trabajo en 2000, sus discrepancias con el Ministerio de Interior sobre la Ley de Extranjería eran conocidas. En este tiempo, Pimentel ha criticado los mensajes que identifican inmigración con delincuencia y la reforma de la Ley de Extranjería que hizo el PP tras ganar las últimas elecciones generales por mayoría absoluta. Incluso firmó un manifiesto que atacaba esta reforma. En un acto en Cádiz, lamentó que se utilicen expresiones como "avalancha" de inmigrantes, algo que consideró que no tiene "el mínimo rigor intelectual en un país con la menor inmigración de Europa".
- Crisis del PP de Córdoba. En un artículo periodístico, tildó de "golpe de mano antidemocrático" la destitución de Enrique Bellido como presidente del PP de Córdoba por parte del comité ejecutivo regional. Pimentel señaló que se trataba de "una decisión de dudosa legalidad y pésimo estilo político". Éste fue el primer ataque a la línea de flotación del PP andaluz.
- Rumbo de la oposición. Tras las encuestas publicadas el pasado 28 de febrero con motivo del día de Andalucía, que daban mayoría absoluta al PSOE, Pimentel escribió un artículo en el que achacaba este resultado "al disparatado papel del principal partido de la oposición", es decir, el PP. Afirmaba que el PP es un partido "balbuceante y sin proyectos", que "está sometido a las directrices que le llegan desde Madrid". Y añadía que el PP de Andalucía "no parece en estos momentos un partido. Aparenta ser un mediocre aparato al servicio de unos pocos, que lo tienen para su servicio. Ni les preocupa articular una alternativa creíble, ni parecen interesados en ganar las elecciones".
- La guerra contra Irak. En su artículo de despedida del PP, publicado el pasado domingo, Pimentel aseguraba que el PP ha apoyado una "guerra ilícita" contra Irak y que esto suponía un "error histórico".
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