_
_
_
_
GUERRA EN IRAK | Turquía y el frente norte

La amenaza de Al Qaeda en el norte de Irak

Juan Carlos Sanz

Si alguien buscaba una localización para rodar un filme sobre Osama Bin Laden en el Afganistán de los talibanes, Halabha y Jurmal, en el norte de Irak, eran hasta hace poco los lugares adecuados. Unos 6.000 milicianos integristas controlan las montañas del Kurdistán en la frontera con Irán. En esa región situada al sur de Suleimaniya, que fue visitada hace poco por este enviado especial, casi todos los hombres en edad militar tienen barba poblada, granadas de mano al cinto, fusiles de asalto Kaláshnikov A-47 y cananas con abundante munición. Unos visten de verde oliva, otros uniforme negro y los demás se las arreglan con cualquier prenda militar, aunque predominan los gorros chechenos y pantalones afganos.

La cadena montañosa de Hauraman es el feudo del Komali (grupo, en kurdo), un partido islámico relativamente moderado que se reparte el control del territorio con Ansar el Islam, una guerrilla sospechosa de mantener lazos con Al Qaeda, según afirmó ante el Consejo de Seguridad de la ONU el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell. En esta zona del norte de Irak había también una planta de armas químicas y un campamento de entrenamiento patrocinado conjuntamente, dijo Powell, por Sadam Husein y Bin Laden.

Influencia integrista

Los kurdos son mayoritariamente musulmanes, de rito sunita, y poco dados a excesos integristas. Pero tras la guerra del Golfo, la influencia de estos grupos ha aumentado en su territorio, impulsada por la ayuda de las monarquías conservadoras de la península Arábiga. La derrota del régimen talibán y de Al Qaeda también trajo hasta aquí a combatientes extranjeros, sobre todo saudíes y afganos.

La nebulosa islamista del norte de Irak tiene dos caras: la de las cofradías religiosas y asociaciones de caridad, y la de los grupos radicales y las guerrillas integristas, como Ansar el Islam. En el sur tiene su base el Movimiento Islámico del Kurdistán (MIK), hegemónico en la provincia de Halabha, donde han mantenido relaciones con la Administración regional. El Komali es una escisión del MIK, surgida en 2001. En el conjunto del territorio autónomo, el partido religioso más poderoso es la Unión Islámica del Kurdistán, que se sitúa tercero en el Parlamento de Erbil.

El mulá Alí Bapir es el líder del Komali. "Queremos derrocar a Sadam lo antes posible, pero no para poner a un dictador extranjero en su lugar. Aunque sería mejor que no intervinieran los estadounidenses", advertía hace poco Bapir en Jurmal. "Si vienen a desarmarnos , nuestra religión nos obliga a sacrificarnos en defensa de nuestros principios".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_