El Senado estadounidense suaviza la rebaja fiscal para hacer frente al gasto bélico

Las dos Cámaras del Congreso de Estados Unidos han dado el visto bueno a la líneas generales del presupuesto de 2,2 billones de dólares (2,09 billones de euros) elaborado por George Bush, que incluía recortes de impuestos por valor de 726.000 millones de dólares en 10 años dirigidos a reactivar la economía. El plan fue aprobado en su integridad en la Cámara de Representantes, pero los senadores recortaron 100.000 millones de la propuesta presidencial pensando en las provisiones extraordinarias que va a exigir la guerra contra Irak. El acuerdo entre ambas posiciones será alcanzado en las próximas semanas.

El asentimiento al presupuesto deja la vía libre al futuro recorte de impuestos que debe aprobar el Congreso, pieza estelar de lo que Bush ha definido como un programa para crear empleo y crecimiento económico. En la Cámara baja, el presupuesto fue aprobado siguiendo estrictas líneas partidistas por 215 votos contra 212, tras una ligera rebelión de algunos republicanos moderados, escépticos con los objetivos y el coste del programa.

Mayor fue la resistencia planteada en el Senado, donde una coalición de republicanos y demócratas llegó a presentar un plan alternativo que reducía a 350.000 millones las exenciones fiscales concebidas por la Casa Blanca. Los demócratas mantienen que la rebaja de impuestos que Bush presenta como beneficiosa para todos los contribuyentes, en particular la eliminación del gravamen sobre los dividendos, está sesgada en beneficio de las mayores fortunas. Recelan también del déficit que se introduce en los presupuestos.

Reflejo presupuestario

Esta alternativa fue rechazada por una holgada mayoría, pero los senadores aceptaron por 52 a 47 una enmienda demócrata que deja en 626.000 los recortes totales previstos de aquí al año 2013. "Estamos en guerra y el presupuesto debe reflejarlo", comentó un senador. "Tenemos que prepararnos para lo que nos espera".

Para Bush, la aprobación del Congreso, pendiente aún de los detalles, es un gran triunfo. No estaba claro que lo fuera a conseguir y lo ha logrado de forma ajustada, tras una intensa presión, con referencias republicanas a que si los soldados estaban haciendo su trabajo en Irak, los legisladores debían hacer el suyo en el Congreso. Según el presidente, la liquidez que la rebaja fiscal introducirá en el sistema alentará el consumo y la inversión y con ellos, el empleo y el crecimiento.