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GUERRA EN IRAK | Las movilizaciones ciudadanas | GUERRA EN IRAK | Las movilizaciones ciudadanas

Barcelona se vuelca otra vez contra la guerra

Medio millón de manifestantes reclaman la dimisión de Aznar por apoyar la invasión de Irak

Barcelona volvió a salir a la calle ayer de forma masiva y respondió una vez más a la convocatoria de la Plataforma Aturem la Guerra con una manifestación multitudinaria. Medio millón de personas, según la Guardia Urbana, un millón, según los convocantes, recorrieron el centro de la ciudad para exigir la dimisión del presidente del Gobierno, José María Aznar, por su apoyo a la guerra de Irak. "¡Esto nos pasa por un Gobierno facha!" y " ¡Aznar, dimisión!" fueron los lemas más coreados por una marea humana formada por gentes de todas las edades. Una vez más, la marcha transcurrió en medio de un ambiente festivo y sin incidentes. La Delegación del Gobierno cifró la participación en 150.000 personas.

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Las declaraciones realizadas horas antes por el ministro del Interior, Ángel Acebes, en las que calificaba de "ilegales" algunas de las manifestaciones contra la guerra, habían sembrado malos augurios entre los convocantes, que temían la presencia de grupos de incontrolados al calor de esas palabras. Además, los ciudadanos fueron poco puntuales y a la hora de la convocatoria todo parecía indicar que quizá los barceloneses habían decidido quedarse en casa. Pero nada de eso ocurrió. Minutos antes de las cinco, miles de personas se dirigían a los diferentes puntos del recorrido. La marcha salió a las 17.10 horas de la avenida del Paral.lel a la altura del cruce con la calle de Lleida y hasta una hora y media más tarde no partió de ese mismo lugar la cola de la manifestación.

En realidad, la cabecera se iba abriendo o empujando a los miles de manifestantes que se habían incorporado en distintos puntos del itinerario previsto. En primera línea se situaron, una vez más, ciudadanos anónimos tras la pancarta en la que se leía: "¡Paremos la guerra! ¡Aznar, dimisión!" y una enorme reproducción del Guernica de Picasso. Detrás de ellos, un mar de banderas y pancartas con referencias a los bombardeos y muchos eslóganes contra Bush, Blair, Aznar y Sharon.

La segunda pancarta, portada por los líderes políticos y sindicales catalanes que se oponen a la guerra, debía ir a pocos metros de la primera, pero la gran afluencia de manifestantes motivó que entre una y otra hubiera una distancia de dos manzanas. Tras esta segunda pancarta estaban el presidente del PSC, Pasqual Maragall; el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod; el presidente de ICV, Joan Saura, y el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Xavier Trias, además de los secretarios generales de CC OO, Joan Coscubiela, y UGT, Josep Maria Álvarez.

La gran cantidad de ciudadanos que ayer salieron a calle para decir no a la guerra provocó que durante la primera media hora de la marcha hubiera dos manifestaciones en la avenida del Paral.lel: la oficial, que bajaba desde la plaza de Espanya, y una segunda de manifestantes que subían desde el mar a buscar la cabecera. Sin embargo, en ningún momento se vivió el colapso del pasado 15 de febrero, cuando decenas de miles de personas quedaron atrapadas en el paseo de Gràcia ante la imposibilidad de avanzar.Los participantes corearon consignas en las que calificaban de terroristas a Blush, Blair y Aznar. Sus caras aparecían en numerosas pancartas con el inconfundible bigote de Adolf Hitler, aunque también había frases más irónicas. "José Mari, dimite y hazte rastafari", recomendaba un grupo de manifestantes. Hubo también momentos muy aplaudidos, por ejemplo cuando la manifestación pasó por un hotel del Parallel y un empleado retiró las banderas de Estados Unidos, el Reino Unido y España de la marquesina del establecimiento.

La marcha transcurrió en medio de un ambiente festivo, con muchos participantes disfrazados: desde indumentarias de guerreros medievales con macetas floreadas en la cabeza hasta caras pintadas con el símbolo de la paz o con lágrimas rojas simulando sangre. "Somos americanos contra la guerra", advertían dos manifestantes con un rudimentario cartel.

Pero también eran muchos los que expresaban indignación por la realidad de los bombardeos y afirmaban que salir a la calle a gritar era lo único que podían hacer, ante la impotencia que produce ver que los gobiernos que apoyan la guerra han desoído el clamor ciudadano de todo el mundo. Este sentimiento de impotencia se tradujo en preocupación en el caso de los inmigrantes musulmanes, muchos de los cuales sienten los bombardeos sobre Bagdad como en carne propia.

El recorrido concluyó frente a la Delegación del Gobierno en Cataluña, donde desde el pasado jueves se encuentran acampadas unas sesenta personas en protesta contra la guerra. La actriz Vicky Peña leyó el manifiesto de la plataforma, en el que se reclama la dimisión de Aznar por "la buena salud del sistema democrático" y por "menospreciar a la ciudadanía, ceder el uso de las bases militares españolas a Estados Unidos y enviar fuerzas armadas para atacar Irak sin el acuerdo del Congreso". El manifiesto critica también "las detenciones policiales arbitrarias, sin pruebas, de personas a las que se acusa de pertenecer a supuestas células terroristas de Al Qaeda y después los jueces siempre acaban dejando en libertad". El texto exige "un compromiso claro contra la guerra" a la Generalitat y al Parlament.

La lectura del manifiesto fue precedida por un minuto de impresionante silencio en recuerdo de las víctimas iraquíes de los bombardeos. En ese tiempo sólo se oyó el runrún del helicóptero policial que sobrevolaba la manifestación, mientras los concentrados agitaban pañuelos blancos. Al disolverse la manifestación un grupo de personas arrojó piedras, huevos y pintura contra la Delegación del Gobierno. Dos policías resultaron heridos de carácter leve.

Otras manifestaciones

Bajo el lema No en nuestro nombre, unas 15.000 personas se manifestaron ayer por la mañana por las calles de Girona en contra de la guerra de Irak. La manifestación, que partió de la plaza de Catalunya, contó con la presencia de algunos de los detenidos en la Operación Lago, inicialmente acusados de tener vinculaciones con el terrorismo islámico y liberados entre el jueves y el viernes, informa Gerard Bagué.

En Tarragona, más de 4.000 personas se concentraron ayer por la tarde frente a la estatua de los Despullats convocadas por la coordinadora Tarragona Patrimonio por la Paz, informa Lali Cambra. Desde allí se dirigieron a la plaza de la Imperial Tàrraco tras pasar por la sede del PP.

En Lleida, la protesta ciudadana contra la guerra de Irak fue de las más ruidosas que se recuerdan. Unas 6.000 personas, según la Guardia Urbana, 10.000, según los organizadores, provistas de cacerolas, tambores, intrumentos musicales y silbatos, se manifestaron pacíficamente por las calles de la ciudad coreando consignas contra los gobiernos de Estados Unidos, España y el Reino Unido, informa Lluís Visa.

El último tramo de la manifestación de Barcelona transcurrió a lo largo del Paseo de Colón.
El último tramo de la manifestación de Barcelona transcurrió a lo largo del Paseo de Colón.MARCEL.LÍ SÀENZ

"Y luego diréis que somos cinco o seis"

La indignación ciudadana por el tratamiento que están dando algunos medios de comunicación a la guerra de Irak se hizo notar en la manifestación de ayer. El eslogan Y luego diréis que somos cinco o seis, dirigido a los periodistas, fue de nuevo uno de los más coreados. También se vieron varias pancartas con frases alusivas, como una en la que

aparecían los logotipos de TVE y Antena 3 y la frase: "Yo ya las he desintonizado de mi televisión".

El manifiesto que se leyó al final denunciaba al Gobierno del PP por la "obscena manipulación informativa que hace de los medios de comunicación públicos a favor de la guerra". Decenas de afiliados al Sindicato de Periodistas de Cataluña (SPC) y empleados de TV-3 acudieron a la manifestación, una vez más, con sus pancartas en contra de la guerra. Un cámara de TVE que cubría la marcha fue rociado con pintura por un manifestante, C. M. H. L., de 23 años. Los propios manifestantes recriminaron al joven su actuación y lo retuvieron hasta que llegó la Guardia Urbana, que lo entregó a la policía.

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