Renace el movimiento estudiantil
Los campus universitarios y los institutos se convierten en vanguardia de la protesta política, esta vez contra la guerra
Había grupos de estudiantes por todas partes. Llenaban el ferrocarril, el metro, subían por la Rambla de Cataluña, ocupaban la Diagonal, cortaban la Ronda de Dalt. De las facultades y los institutos habían salido, como racimos festivos, miles de jóvenes pertrechados de pancartas y pinturas. Los estudiantes tomaron el jueves la calle como no lo habían hecho antes y esta vez no era contra las leyes educativas del PP, sino por un asunto de política general: contra la guerra del golfo. ¿Era espontáneo? Sí y no. Sólo la espontaneidad explica que salieran a la calle después de las primeras bombas, y sólo la organización, que lo hicieran a la vez hacia los mismos objetivos. Pero una organización sin jerarquías ni líderes reconocidos.
Los estudiantes deciden en asambleas el calendario de protestas y movilizaciones
Después del 'Prestige' los jóvenes han comenzado a no creer en la televisión
La experiencia del movimiento antiglobalización sirve ahora contra la guerra
"La clave del éxito está en que cada uno participe en lo que pueda"
"Estas manifestaciones no son flor de un día, sino una repolitización de la vida estudiantil"
Viernes por la mañana. Asamblea general en el campus de la Universidad Autónoma. Los quinientos alumnos que se reúnen no quieren oír hablar ni de dirigentes ni de subordinados. Lo suyo son las asambleas y los comités, y dar voz a todo el mundo. Cualquiera puede pedir el megáfono. Y aquí, cada facultad pone su especialidad al servicio de la protesta. Ciencias de la Comunicación propone hacer un diario, la idea es que lo pague el rectorado, y una web para así poder "contrainformar". Veterinaria anuncia para el martes descarga de estiércol en la sede del PP de Barcelona. Las propuestas se suceden: desde hacer el "boicoteo a todas las multinacionales" a conferencias, talleres para pintar camisetas, recogida de alimentos ocupación de gasolineras, acampadas, huelgas de hambre, cortes de autopista y clases alternativas a un aprobado general político.
Ante el tropel de propuestas, un estudiante alerta: "Nos estamos solapando. Hace falta un calendario". ¿Quién se anima? Se levantan algunas manos: la comisión del calendario que se forma inmediatamente se va a un rincón a trabajar. .
Pero el megáfono no sólo sirve para lanzar propuestas, sino también para expresar opiniones. Así, un joven reprendió a los estudiantes por aplaudir: "Que esto no es un circo, hay una guerra y a mí me preocupa". También hubo voces críticas, como la de un joven americano estudiante de Medicina de la UAB que calificó las iniciativas de los estudiantes de "inocentes". "En mi país tenemos una derecha y una derecha, Cataluña es más plural, no os dáis cuenta de la fuerza que tenéis", proclamó.
Al final, y por el método asambleario, los estudiantes acordaron el siguiente calendario: cada día a las doce habrá asamblea. El lunes, reunión con la decanato por la mañana; por la tarde, cacerolada ante la Bolsa de Barcelona y caminata hasta el Consulado de Estados Unidos. El martes, ocupación de la gasolinera Repsol en la carretera de Bellaterra, y por la tarde, descarga de estiércol en la sede del PP. El miércoles, duelo: se repartirán velos entre los estudiantes. Al mediodía, pic-nic en la autopista. El jueves, performance en la sede del PP. Y el viernes, ocupación de los estudios de TVE en Sant Cugat.
Escenas como esta se repiten en distintas universidades. La pregunta es ¿ha renacido el movimiento estudiantil? Estas son algunas respuestas:
MARTÍ MARTÍN Profesor de Historia Contemporánea de la UB
"En 1991 hubo una movilización muy similar. La diferencia está en que ahora el grado de indignación entre los estudiantes es el mismo que en todos los ámbitos de la sociedad. Ahora se nota mucho más en la calle porque el PSOE no está gobernando y, por tanto, uno de los dos grandes partidos está contra la guerra y a la hora de ir a la calle la gente se siente mucho más acompañada; hay una sensación de unanimidad más grande".
"En la universidad siempre hay minorías movilizadas permanentemente. En los campus esto no varía mucho con el paso del tiempo. Que ahora las asambleas estén llenas es coyuntural, pero es difícil saber qué pasará en el futuro".
"Este conflicto ha movilizado mucho más que los de Kosovo, Palestina y Afganistán. Supongo que es porque aunque no lo manifiesten hay mucha gente que cree que hay guerras justas; si no justas, que puede llegar a entender. En cambio, esta guerra no la entiende nadie".
MAGDA BANDERA Periodista y escritora
"Al principio, los más jóvenes no sé si tenían una conciencia clara de estar tomando la calle. Luego se han sentido más fuertes. El miércoles, recogiendo firmas en Vilanova i la Geltrú, vinieron tres chicos de secundaria ofreciéndose para recoger firmas ellos mismos por las mañanas. Hace un tiempo no esperabas que esto sucediera. Es gente que quiere hacer cosas y que está muy abierta. Creo que la presión de la opinión pública en general va a bajar, como ya está bajando en Gran Bretaña después de los primeros muertos del ejército. Pero los jóvenes le han cogido el gusto. Y va a ser un no parar".
"En 1986 yo tenía 15 años y, cuando bombardearon Trípoli, quise montar una manifestación con una amiga. Entonces a la gente le costaba más reaccionar. Nuestros padres nos solían decir que no nos metiéramos en follones. Teníamos más claro que teníamos que ser obedientes, que existían unas jerarquías. Ahora, los chicos hablan de desobediencia civil y no les da miedo. Les da rabia que se ordene sin consultarles".
"Han aprendido también a desconfiar. Uno de los eslóganes que circulan más por Internet es Irak no va a ser un videojuego. Hasta ahora, los jóvenes creían en la televisión, pero después de lo que ha pasado con el Prestige empiezan a no creer. Es como si hubieran perdido de golpe la inocencia". "No sé cuánto va a durar. La primera prueba serán las elecciones municipales, porque ahora la reacción se ha producido más por sentimiento que por reflexión".
XAVIER GIRÓ Profesor de Periodismo Político de la UAB
Las movilizaciones estudiantiles de las últimas semanas son, según Xavier Giró, "la estela del movimiento antiglobalización". "El éxito no se entendería sin el del movimiento previo, que ha optado por trabajar sin los líderes políticos clásicos, que en gran parte están impuestos por un sistema político americanizado en el cual tienen que aparecer en la televisión líderes que son como superhombres, a los que pocos creen porque la gente perfecta no existe".
El movimiento actual es "más humilde y rehúye los liderazgos incuestionados", según Giró. Además, la proximidad en el tiempo con las hazañas del movimiento antiglobalización ha facilitado experiencia en el sistema asambleario, "que ha permitido gestionar efectivamente las reuniones de estudiantes".
ALICIA FERNÁNDEZ Portavoz de la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña
Las primeras movilizaciones en las que participó Fernández se remontan a cuando entró en vigor la LOGSE y los estudiantes salían a la calle para pedir más recursos para su aplicación. Esta estudiante de Historia de la UB afirma: "Es básico el microclima del instituto donde te formas, los tipos de directivos y la sensibilidad de los profesores a la hora de implicarte y participar". Con más de 30 charlas en institutos a sus espaldas para animar a los alumnos de los centros de secundaria de toda Cataluña a participar en la vida asociativa, se declara "sorprendida" por el auge del interés de los más jóvenes. "Ahora es mucho más palpable que ven con sus propios ojos en qué les va a afectar la Ley de Calidad, por ejemplo, y por eso salen a la calle". Para esta barcelonesa de 23 años, "la participación es un valor a cualquier nivel: social, educativo o sindical", y los últimos acontecimientos -LOU, Ley de Calidad, la Ley Catalana de Universidades y ahora la guerra- han despertado "una reacción que nadie se esperaba". "Había como un cansancio acumulado, y es por el poco caso que se nos hace: cero".
Según Fernández, "la nula actitud dialogante del Gobierno del PP y lo mal que reaccionan" cuando piden algo han sido determinantes para intensificar esta ola de protestas. "Se están despertando muchas conciencias, pero ahora hace falta que todo esto tenga continuidad".
ANIOL SANTO Estudiante de 2º de bachillerato y portavoz del Sindicato de Estudiantes
Aniol Santo está convencido de que la jornada de protesta del primer día de los ataques contra Irak no hubiera sido posible sin una larga campaña de movilizaciones contra la guerra. El éxito es fruto también, a su juicio, "de la vinculación entre la oposición a la guerra y la oposición a la política del PP". El Sindicato de Estudiantes tiene 5.000 afiliados en Cataluña y, según explica Santo, se organiza de forma asamblearia. Santo se muestra partidario de convocar una "huelga general política" y asegura que "sería un éxito".
BERNAT CARRERA Estudiante de Psicología de la UAB
Durante el último mes, Bernat Carrera ha viajado a Irak como escudo humano, ha participado en las actividades de la plataforma Aturem la Guerra y desde el pasado jueves se encuentra acampado frente a la Delegación del Gobierno y protagonizando un ayuno como muestra de rechazo a la guerra.
Este joven cree que no sólo los estudiantes estaban adormecidos, sino que "toda la población ha despertado a la vez". Carrera quiere que las movilizaciones "sean horizontales, huyendo de los modelos empresariales hechos a base de jefes". "La clave del éxito es que cada uno participe en lo que pueda", zanja.
ROSA VIRÓS Rectora de la Universitat Pompeu Fabra
Para Rosa Virós (1935) está claro que la universidad vive una nueva fase, que empezó a gestarse hacia 1999. "Los estudiantes han cambiado y están más sensibilizados sobre los problemas del mundo", explica. Virós recuerda que "durante un tiempo parecían aletargados, viviendo en un mundo extraño como mónadas aisladas y enganchados a la televisión y a los equipos de música". Un interrogante que se plantea Virós es "si todas estas movilizaciones quieren ir más allá de la abstencionismo crítico. Habrá que esperar para ver si se mantienen al margen o si entran en el juego político".
TAIS BASTIDA Estudiante de historia del arte de la UAB
Tais Bastida, que estudió primero en la Universidad de Lleida, es además portavoz de la Coordinadora de Estudiantes de los Países Catalanes. Bastida fue un activo representante de las demandas estudiantiles en el Consejo Escolar del instituto donde estudió, "que es un poco el proceso que hacen todos los militantes universitarios". Opina que los estudiantes lideran la protesta "porque son pioneros a la hora de movilizarse y son el sector de la sociedad al que más le afectan determinados temas y están más cerca de creerse las utopías". Después de la transición hubo un bajón en la participación social, "que está poco a poco recuperándose".
RICARD GOMÀ Profesor de ciencia política de la Universitat de Barcelona
Ricard Gomà no duda de que actualmente hay "una fase de reacción general de los movimientos sociales y, muy concretamente, del estudiantil". El punto de inflexión se dio durante las protestas contra la Ley Orgánica de Universidades (LOU), en las que los estudiantes desarrollaron una capacidad para organizarse "muy directa y ágil" y demostraron "por calidad y por cantidad" que "otra universidad es posible". Fue en ese momento cuando para Gomà prendió la idea de que "si participas puedes incidir en las cosas que te afectan".
Sin reproducir los antiguos esquemas de la lógica de los partidos o sindicatos "externos a la universidad propias de los años 70", las nuevas movilizaciones aglutinan a todo tipo de organizaciones o asociaciones de tipo interno con diferentes ideologías que "se aglutinan y se movilizan juntos para luchar por los mismos objetivos".
Para este profesor de 39 años, que recuerda que la universidad es el espacio de socialización por definición, las nuevas manifestaciones "no son flor de un día", si no que representan una repolitización de la vida estudiantil. "Se han dado cuenta de que lo interesante es convertir las ideas en propuestas , y no quedarse sólo en los grandes planteamientos", concluye.
DANI LUZ Investigador de la cátedra UNESCO
Luz, licenciado en Ciencias Políticas por la UAB, cree que es determinante la labor de los profesores en la toma de conciencia de los estudiantes. Este barcelonés de 26 años ya constató en su etapa de estudiante que en la universidad hay "un interés supercreciente" por problemas sociales como la inmigración, la cultura de la paz, el negocio de las armas o la educación. En el caso de la UAB cree que "se supieron canalizar estas inquietudes".
Para una parte de los estudiantes, dice, "antes todo era una mierda, no había nada que hacer y sólo se podía optar por la revolución", mientras que por otro lado "la gente estaba más dormida". En estos últimos años, en cambio, el movimiento estudiantil se ha renovado llevado por "un proceso de maduración y una perspectiva de cambio más a largo plazo".
JOSEP ARNAIZ Estudiante de economía de la UB
Para este joven de Olot, de 22 años, no hay duda de que ha habido un crecimiento de las movilizaciones estudiantiles. "Lo bueno de ahora es que estamos en un ciclo positivo, en un movimiento de toda la izquierda", dice, menos jerárquico y dogmático, que empezó a gestarse en las "contracumbres europeas" y que se ha reflejado en movimientos contra el Plan Hidrológico Nacional, las leyes educativas del actual gobierno o y ahora contra la guerra. Para Arnaiz, es importante el papel de las nuevas tecnologías: las listas de correo electrónico, las páginas web. Hacer un cartel en Valencia y que en 10 minutos esté impreso en Perpiñán es imprescindible "para la globalidad de las luchas".
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