Ciudadano molesto

Me tienen las calles hechas un asco, llenas de cacas, papeles, zanjas y residuos varios y, encima, van y me buzonean con unos lujosos folletos a todo color (pagados con mi dinero y el de todos) para explicarme lo bien que funciona la Concejalía de Limpiezas.

Me hacen llegar tarde al trabajo un día sí y otro no con las continuas averías de la supermegamoderna línea 10 del metro y, encima, me bombardean con spots televisivos (pagados con mi dinero y el de todos) para publicitar el transporte público diciéndome que "con el metro vuelo". Me esquilman la nómina con el IRPF, como cada mes, y, encima, me cabrean con triunfales anuncios (pagados con mi dinero y el de todos) que proclaman que hay menos impuestos.

Me alistan, velis nolis, en el infecto batallón Bush y, encima, me vacilan con otro lujoso encarte en mi prensa diaria, de nuevo a todo color y en papel cuché (pagado con mi dinero y el de todos), para decirme que no me entero, que me lo van a explicar otra vez, como si no tuviera yo ya el propio periódico para enterarme.

No puedo evitarlo: se me viene a la cabeza aquello de la puta y la cama.