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GUERRA EN IRAK | La zona del conflicto

Apenas 1.000 manifestantes protestan en El Cairo contra la acción armada de Estados Unidos

Se temía que el comienzo de la guerra norteamericana contra Irak desencadenaría estallidos de ira popular en el mundo árabe, pero ayer en El Cairo, capital egipcia, la más grande de la región, apenas un millar de los 18 millones de habitantes se sintieron lo suficientemente ofendidos como para interrumpir su rutina cotidiana y salir a la calle a protestar.

Lo que sí se vió en El Cairo fueron unos atascos de tráfico atroces, como consecuencia de los batallones policiales formados alrededor de la Embajada de los Estados Unidos, situada en pleno centro de la ciudad. La idea de los 1.000 manifestantes, que representaban tres tendencias políticas diferentes, era reunirse en la enorme plaza de Tahrir y desfilar hacia el enclave norteamericano, a 400 metros de distancia. No avanzaron ni 100, porque había tres veces más policías antidisturbios bloqueando todos los accesos a la embajada estadounidense, un país que aporta 1.400 millones de dólares al año a las fuerzas de seguridad egipcias. Como comentó con cierta amargura un analista político egipcio que fue a observar la manifestación: "Seguro que en muchas pequeñas ciudades europeas habrá más gente en la calle denunciando la guerra que aquí".

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Las consignas -"el precio de la libertad es la sangre" o "fuera con el embajador"- tampoco habrían provocado demasiados trastornos entre los diplomáticos norteamericanos ya que los tres grupos representados en la manifestación -islamistas, izquierdistas y nacionalistas- competían entre sí para ver cual gritaba más fuerte. Los izquierdistas provenían todos, curiosamente, de la Universidad Americana, el centro educativo de élite de El Cairo donde estudia la juventud egipcia más acomodada y donde la tercera parte de los catedráticos son nativos de los Estados Unidos.

Fueron los universitarios y no el sector compuesto por los Hermanos Musulmanes los que causaron los pequeños disturbios que se registraron, el lanzamiento algunas piedras y el derrumbe de vallas metálicas. La policía respondió repartiendo palos. No hubo cifras oficiales de detenidos pero, según grupos estudiantiles, 36 manifestantes sufrieron lesiones, aunque ninguna grave.

En cuanto a la retórica, ahí sí que se mostraron menos inhibidos los islamistas. Essam el-Eryan, un conocido líder de los Hermanos Musulmanes, declaró a los periodistas: "Los intereses americanos no deben sentirse seguros en la región árabe. Debemos apoyar a Irak para transformar la guerra rápida que Estados Unidos desea, en combates urbanos; para que Irak se convierta en el cementerio de los americanos".

Pero El-Eryan quiso dejar claro que no tenía nada en contra de los ciudadanos americanos. "De esta manera", agregó, "el pueblo americano se rebelará contra la guerra".

Al final de la manifestación, que empezó a mediodía y acabó a la hora de comer, algunos de los estudiantes se mostraron un poco arrepentidos. Como declaró uno de los que había lanzado piedras: "La policía nos hace recurrir a la violencia. Ya sé que uno no debe actuar de esta manera pero durante unos momentos perdí el control".

En Damasco, la capital siria, otros 1.000 manifestantes, algunos de ellos con banderas iraquíes, otros llevando grandes fotos del presidente Bashar al-Assad, acusaron al Preidente Bush de ser un criminal de guerra y también pidieron la expulsión del embajador nortamericano.

Representantes de los gobiernos de Líbano, Marruecos, Bahrein e Irán hiceron declaraciones lamentando la intervención norteamericana. La bolsa de valores de Egipto registró ayer un alza de 3,4% debido al optimismo que provoca la opinión generalizada de que la guerra acabará rápido. Hoy se esperan más manifestaciones, y más grandes, en la capital egipcia.

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