El precio del crudo cae a 25,50 dólares tras suprimir la OPEP el límite de producción
El barril de petróleo se ha abaratado un 27% desde el ultimátum de Bush del lunes pasado
La primera jornada de la segunda guerra del Golfo Pérsico causó un retroceso de más de un dólar de la cotización del barril brent en el mercado de Londres y otro tanto el West Texas en Nueva York. El primer tipo de crudo cotizaba a 25,45 dólares y, el segundo, a 28,70, los niveles previos al recrudecimiento de la crisis en Irak con el regreso de los inspectores de Naciones Unidas a Bagdad en noviembre pasado. En la primera guerra del Golfo el crudo se desplomó de 30 a 18 dólares el día en que EE UU atacó, el 16 de enero de 1991. En este caso, el descenso se ha producido en varias jornadas desde los más de 34 dólares que valía la semana pasada.
El descenso se agudizó desde que el pasado lunes Bush diera el ultimátum a Husein. El crudo en el mercado de Londres ha caído casi un 27% en cuatro días. Ayer, además, hubo dos razones clave para que se acentuase el desplome del precio del crudo. En primer lugar, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió dar vía libre a sus miembros para producir todo el crudo que puedan para evitar que haya escasez en los mercados internacionales. En segundo, la reanudación, en la tarde ayer, de los bombardeos sobre Bagdad y la entrada de los primeros soldados estadounidenses a Irak, reforzó la apuesta del mercado de que la guerra será corta.
El anuncio de la OPEP, producido al término de la reunión de urgencia celebrada ayer en la sede de la organización en Viena, es la oficialización de algo que ya estaba ocurriendo de facto en la organización. "No es que se haya eliminado el sistema", comentaron fuentes del cartel, "simplemente se ha dado una respuesta a un hecho extraordinario. Lo importante es que no haya escasez de crudo en el mercado", añadieron esas fuentes.
La producción de los 10 miembros del cartel (excluyendo el undécimo que es Irak) llegó en febrero a 24,8 millones de barriles diarios, 1,6 millones más que en enero. Un cuarto de ese crudo extra lo produjo Arabia Saudí en solitario y otro tanto procede de Venezuela, cuya industria petrolera comenzó a reactivarse a principios del mes pasado tras haber estado paralizada durante 60 días por una huelga.
A pesar de la voluntad de la OPEP por evitar una interrupción en el suministro, si la guerra se alarga y afecta a los productores de crudo vecinos a Irak, poco podrá hacer la organización para evitar el desastre. Ayer, cuando se permitió a los miembros abrir al máximo la espita, en realidad se estaba dando luz verde a un par de ellos, ya que la mayoría ya está produciendo al máximo de su capacidad. Sólo Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, justamente los países que están entre los más amenazados por la guerra, tienen en este momento margen para incrementar la extracción. Tampoco mucho, entre ambos podrían producir un poco más de un millón de barriles más al día. A los demás miembros del cartel les queda una capacidad marginal.
El secretario general de la OPEP, el venezolano Álvaro Silva Calderón, confirmó que los miembros de la organización están preparados para colocar en el mercado la capacidad ociosa de producción de tres a cuatro millones de barriles por día.
Si la guerra no se extiende a los países vecinos la situación del mercado petrolero es prácticamente la misma que durante los meses de diciembre y enero pasado, cuando la huelga contra el presidente Hugo Chávez disminuyó significativamente las exportaciones hacia EE UU. Ahora el crudo que falta, en vez de ser el venezolano, es el iraquí. Y mientras esto sea todo, la factura energética no se disparará. Al menos, esto es lo que espera el mercado, puesto que ayer, todos los contratos a futuros de crudo y derivados cotizaban a la baja, tanto en los mercados de Londres como Nueva York. La caída de precios se debe, en opinión de Silva Calderón, a que el efecto psicológico y especulativo que se produjo en vísperas del conflicto, la así llamada "prima de guerra", ya ha pasado, dijo Silva Calderón.
A pesar de que los temores pueden haber remitido un poco en el mercado, éste sigue reaccionando con mucho nerviosismo ante el menor rumor o señal. Ayer, las informaciones de que el ejército iraquí había destruido pozos petroleros causaron un incremento momentáneo en la cotización. No obstante, el efecto fue corregido de inmediato puesto que nadie fue testigo de tales actos por parte de los iraquíes. Mientras Washington insistía en que esto había ocurrido, el régimen de Bagdad lo negaba. Ayer, un intermediario confesaba que el trabajo será difícil en las próximas semanas, puesto que la volatilidad en el mercado petrolero será extrema.
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