La familia de la presa violada en una cárcel francesa lucha por traerla a España

Álvaro Luengo, padre de una presa española violada en una cárcel francesa, ha iniciado acciones de protesta para conseguir la libertad de su hija de 23 años, que ha denunciado agresiones sexuales por parte de dos vigilantes de la prisión de Baumettes (Marsella) donde cumplía una condena de tres años por tráfico de drogas. La muchacha denunció a los carceleros y esto ha provocado su traslado a otra penitenciaría, donde ha visto agravadas sus condiciones de vida.

El padre acudió el lunes a Draguignan, donde se encuentra ahora su hija, dispuesto a iniciar una huelga de hambre y portando una camiseta en que se denunciaba la violación y se preguntaba, en francés: "¿Libertad, igualdad, fraternidad?", en alusión al lema de la República. La Policía le impidió continuar, pero él no piensa cejar en su protesta "dada la crueldad", sostiene, "de las autoridades francesas, que empeoran la situación" de su hija "día a día, y la inoperancia de las españolas".

Él quiere la libertad de su hija para llevársela a España. "Una persona violada necesita el apoyo de su familia", alega. "En la prisión en que está ahora le niegan el derecho a una llamada telefónica semanal, que tenía en la otra cárcel, y le administran psicofármacos peligrosos para ella", asegura Álvaro Luengo, profesional de la medicina.

El cónsul español en Marsella, Rafael Linaje, estima que el juez del caso no aceptará la petición de libertad si no se paga una multa de Hacienda, independiente de la pena privativa de libertad. Esa multa fue fijada en 50 millones de pesetas, pero diversas negociaciones la han rebajado a 3.000 euros (aproximadamente, medio millón de pesetas). "A falta de pago, no veo en qué podemos apoyarnos para lograr que quede en libertad con rapidez", afirma el cónsul.

Personarse en el juicio

Álvaro Luengo se niega a pagar sin más. "Una libertad condicional ordinaria implica que mi hija no puede abandonar el territorio francés y si lo hace, podrían acusarle de quebrantar las condiciones y no podría personarse en el juicio contra sus agresores. Si el cónsul dice que pagando se arregla todo, lo hago ahora mismo; pero además tienen que garantizarme que nadie va a impedir a mi hija personarse en ese juicio, so pretexto de que ha violado las condiciones de la libertad condicional".

Los dos presuntos violadores se encuentran en prisión provisional. Uno de ellos ha confesado que mantuvo relaciones sexuales con la muchacha en su celda, aunque dice que fue con su consentimiento; el otro niega cualquier contacto con la mujer. El secretario de Estado de Justicia francés, Pierre Bédier, reconoció en su día un "fallo de organización", porque "no es normal que haya vigilantes varones en la parte de las prisiones dedicada a las mujeres". El padre de la joven violada ha escrito al ministro español de Justicia, José María Michavila, y al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.