Un lío de teclas
Jaime dice que no es una persona especialmente sudorosa. Y que limpia su teclado de vez en cuando con un plumero. Pero las letras del teclado han ido borrándose. En mayo de 2002 compró un equipo informático en una tienda de la firma Jump, con dos años de garantía. "A los dos o tres meses empecé a ver que se iban borrando algunas letras. En otoño hice una reclamación. Tras varios intercambios de mensajes, que me contestaron puntualmente, adujeron el sudor y algún producto de limpieza como causas 'externas' del deterioro de las teclas. Me es imposible comprender la actitud de Jump ante mi reclamación por un teclado cuyo precio de factura es 18 euros", dice Jaime.
"Como muy bien dice este enfadado cliente, por una factura de 18 euros ¿qué problema iba a tener Jump en cambiarle el teclado por uno nuevo? Si tiene defecto de fábrica y está en garantía se tiene que sustituir por otro. Si ha sido sometido a un mal uso por parte del usuario, éste debe afrontar las consecuencias", explican en Jump. La empresa informa de que en uno de los correos del cliente se mencionaba que las teclas estaban arañadas por los bordes. "Suponemos que este señor no tecleará con las uñas. Los mencionados arañazos son el motivo que en su día especificaba nuestro departamento de atención al cliente, por el que no se aplica dicha garantía, que cubre los defectos de fabricación de cada uno de los componentes de los equipos, pero no considera las causas externas. La gestión de garantías se trata con la misma normativa y seriedad, independientemente del producto, y no debemos permitir que se trate de acusarnos injustificadamente de un trato negligente al cliente". La empresa afirma no tener problemas con estos teclados. Ya ha tomado medidas para que Jaime reciba uno nuevo.
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