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CRÍSIS POR LA MANIPULACIÓN DE ENCUESTAS

El PP vota a favor de tramitar la comisión de investigación por el escándalo de las encuestas

Los portavoces de CiU hablan de "errores" donde la oposición denuncia "falsificaciones"

Enric Company

Tal como repetidamente había anunciado, el PP apoyó ayer la propuesta de que el Parlament investigue si el Gobierno catalán manipuló las encuestas oficiales enviadas a la Cámara. La junta de portavoces incluyó ayer por la tarde la propuesta de investigación de este escándalo en el orden del día del pleno del Parlament de la semana próxima. La inclusión prosperó con la sola oposición del grupo de CiU. El diputado del PP Daniel Sirera explicó que apoya la investigación porque el Gobierno "no ha dado explicaciones suficientes" y porque " no ha habido asunción de responsabilidades" por el autor de las manipulaciones. La oposición apunta al secretario de Comunicación, David Madí.

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El Gobierno de CiU tiene todavía una semana para evitar que se lleve a cabo la investigación parlamentaria propuesta por los grupos parlamentarios del PSC-Ciutadans pel Canvi, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) y apoyada ayer por el PP. La comparecencia del conseller en cap, Artur Mas, ante el Parlament para dar explicaciones sobre este asunto abrió la posibilidad de que el Gobierno introduzca elementos nuevos que condicionen el voto del PP a la hora de crear la comisión de investigación, el día 26.

Pero el lenguaje utilizado por los diputados y el propio Mas cuando se refieren a este escándalo indica más bien que el Gobierno de CiU busca la manera de rehuir la asunción de responsabilidades. El portavoz de CiU en el Parlament, Ramon Camp, sigue hablando de "errores e irregularidades" administrativas allí donde los diputados de la oposición hablan de "manipulación y falsificación" de las encuestas encargadas por el Departamento de Presidencia, y del envío al Parlament de las copias manipuladas.

Guerra en Irak

Los dirigentes de CiU atribuyen el apoyo del PP a la investigación de este escándalo a un deseo de castigarles por haber dejado solo al Gobierno de Aznar en los debates sobre la guerra de Irak. Pasan por alto el hecho de que el líder del PP catalán, Josep Piqué, es uno de los más directamente perjudicados por la manipulación de los sondeos, en los que se le rebajó la valoración que había obtenido.

La decisión del PP al dar luz verde a la investigación parlamentaria de este asunto supone modificar la posición que ha mantenido a lo largo de la legislatura. Ha sido precisamente el apoyo del PP a CiU lo que ha impedido la investigación parlamentaria de numerosos asuntos que han salpicado al Gobierno de CiU en los últimos años. El más destacado ha sido el caso Pallerols, sobre el presunto desvío a Unió Democràtica de fondos destinados a la formación ocupacional de parados.

Sirera afirmó ayer que la decisión final sobre el sentido del voto del PP la semana próxima a la hora de crear esta comisión de investigación está a expensas de lo que Mas diga mañana en su comparecencia ante el Parlament. "Estamos a la espera de que Mas mueva ficha", dijo el diputado. Otro diputado del PP, Alberto Fernández Díaz, quiso ir más lejos y sostuvo que el asunto puede terminar en los tribunales de justicia porque "se ha producido falsificación en documento público".

Ésta es también una convicción del grupo de ICV. Su portavoz, el diputado Joan Boada, dijo ayer, no obstante, que su grupo "congelará" la decisión de acudir a la justicia mientras esté abierta la vía de la investigación parlamentaria.

Los grupos parlamentarios de la izquierda desconfían de lo que Mas pueda explicar en la comparecencia de mañana. El portavoz del PP, Joaquim Nadal, afirmó que no ve a Mas "con disposición y ganas de aportar ninguna novedad relevante". El republicano Josep Huguet insistió en que al Gobierno de CiU "sólo le queda la posibilidad de depurar responsabilidades más elevadas" que las ofrecidas hasta ahora.

El portavoz de CiU, Ramon Camp, explicó que la comparecencia solicitada por Mas es una demostración de la "voluntad de transparencia" del Gobierno catalán. La línea de contraataque de CiU consiste en acusar a la izquierda de "fariseísmo" por reclamar al Gobierno de CiU una transparencia a la hora de dar a conocer sondeos "que no practican allí donde gobiernan, como el Ayuntamiento de Barcelona".

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