Jaén y los libros de viajes

Alejandro Dumas escribió en De París a Cádiz que no había nada tan suave y tan desolado al mismo tiempo como el camino de Despeñaperros a su paso por la provincia de Jaén.

"Todo estaba lleno de mirtos, lentiscos y madroños, es decir, de flores, frutos y perfumes". Éstas son algunas de las impresiones recogidas por el escritor francés del siglo XIX y que el profesor Aurelio Valladares ha reunido junto a más de 300 testimonios de escritores españoles y extranjeros que han escrito sobre los pueblos jiennenses, sus gentes y costumbres.

La provincia de Jaén en los libros de viajes (Universidad de Jaén, 2002) es una reseña bibliográfica y una antología de textos de autores de todos los tiempos que arranca con las descripciones de los geógrafos árabes medievales. En cerca de un millar de páginas, Valladares recorre desde las primeras guías de caminos de las que se tienen constancia, como fue la Recopilación de Juan Villuga impresa en 1546, hasta las recopilaciones más actuales que han sido concebidas para su difusión en diversos medios de comunicación, como la serie de televisión Un país en la mochila, de José Antonio Labordeta.

En cuanto a la clasificación de los escritores, el autor distingue a los españoles de aquellos extranjeros, siendo estos últimos "los que más importan en un primer momento" porque siempre interesa saber qué es lo que piensan aquéllos que vienen de fuera, con otra mentalidad y otra perspectiva, subraya. Aunque no hay una coincidencia de opiniones entre los escritores estudiados, sí se encuentran una serie de tópicos redundantes. Son numerosos los que destacan el mal estado de los caminos y las pésimas condiciones de las posadas en las que los escritores-viajeros se albergaban. Hay que señalar, recuerda el autor, que Jaén nunca aparece como objetivo prioritario en la literatura de viajes, sino como lugar de paso entre Castilla y Andalucía.

Un lugar de paso que impacta al conjunto de los escritores debido a un cambio "radical" en el paisaje. De la llanura monótona de La Mancha a las montañas y desfiladeros de Sierra Morena. Un paisaje completamente diverso que también recoge ese halo de misterio, leyenda y aventura que envolvió a Andalucía durante la época del Romanticismo y que la hizo ser destino de numerosos escritores atraídos por el "mito andaluz". Así, el inglés y políglota George Borrow, que recorrió España y Portugal entre los años 1835 y 1840 describe la cadena montañosa como un "hormiguero de bandidos". Y en la misma línea se encuentra el escritor ruso Vassili P. Botkine, que viajó en 1845 y que se refiere a Sierra Morena como a la "Montaña Negra" debido al horror que ésta inspiraba.

Junto con Despeñaperros, hasta el siglo XIX, los núcleos que cuentan con un mayor número de referencias son aquellas poblaciones que se encontraban de paso camino de Granada y Córdoba. Con el siglo XX y la aparición de nuevas rutas, distintas a las tradicionales, dos ciudades pasan a convertirse en principal foco de atracción: Úbeda y Baeza. Y así, a mediados de siglo XX, las construcciones de Úbeda "nos hacen pensar en Salamanca o Segovia", señala en Notas de viaje por Andalucía Julio Caro Baroja. Y junto a éste, entre los autores españoles, se encuentran los testimonios de Quevedo en el siglo XVI, pasando por Fernández de Moratín, el Padre Flórez hasta llegar a Espronceda y más recientemente, Lorca, Cela o el jiennense Juan Eslava Galán.

La obra también incluye, junto a los fragmentos de los textos originales, una nota bio-bibliográfica de cada uno de los autores estudiados en este volumen. En él, Aurelio Valladares ha venido trabajando desde 1989 cuando publicó Guía literaria de la provincia de Jaén (Instituto de Estudios Giennenses, 1989) en el que ya incluyó un capítulo dedicado a los libros de viajes.