El jefe del Gobierno comparece mañana en el Parlamento para explicar su alianza con Bush

El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha decidido comparecer mañana en el Congreso, con carácter de urgencia, para explicar la nueva escalada en su alineamiento con el presidente norteamericano, George Bush, y con el primer ministro británico, Tony Blair. Los tres mandatarios han dado 24 horas para que los países de la ONU se decidan a participar en el ataque contra Irak en el caso de que Sadam Husein no opte, ya mismo, por el desarme o el exilio. Aznar fijó la fecha de su comparecencia ayer mismo, al término de la cumbre de Azores. Hoy anticipará las pautas de su intervención parlamentaria a los integrantes de la comisión ejecutiva de su partido.

El Gobierno admite ya que está sufriendo un importante desgaste electoral por su definitivo alineamiento con la política intervencionista de Bush en Irak, pero confía aún en lograr que cambie el estado de opinión en España, contrario a la guerra, antes de las elecciones generales del próximo año. El menor número de participantes en las manifestaciones de este fin de semana respecto a las celebradas hace un mes es interpretado en el Ejecutivo como "una muestra de la fatiga" de los manifestantes y "un aviso al PSOE para que no se haga ilusiones precipitadamente" de que "España está en vísperas de un cambio".

El Ejecutivo da por imposible que ese cambio de la opinión pública se produzca antes de las elecciones municipales del 25 de mayo. Confía, no obstante, en que el peso de los candidatos frene el desgaste en unas elecciones "en las que la proximidad a los vecinos da más peso a las personas que a las siglas". En cuanto a las generales, estima que aún queda un año para que la población entienda que la apuesta de Aznar en Irak "ha sido la más coherente".

Las manifestaciones

La Moncloa cuenta con que la imagen de una Irak liberada de Sadam Husein por las tropas aliadas, con una población agradecida y con la apertura de un nuevo proceso de paz en Oriente Próximo, en el que Madrid tendría un importante protagonismo, contrarreste el fuerte desgaste que el PP sufre en los sondeos de opinión. Esta situación y la "continuidad de la política del Gobierno de Felipe González en 1991" es la baza que Aznar se reserva para atacar al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quien cuenta a su favor con las encuestas y con las masivas manifestaciones por la paz registradas en toda España.

La opinión más extendida en el Gobierno es que la participación española en lo que se considera una guerra inminente sería "muy limitada". "Vigilancia del Estrecho y apoyo técnico en materias como sanidad", según fuentes de La Moncloa que confían en que una participación de esta entidad no crispe más la situación.

Aun así, el secretario general del PP, Javier Arenas, emplazó ayer a "la coalición de Zapatero y Llamazares" a que deje de "boicotear" los actos públicos del PP.