_
_
_
_

Sólo 12 menores inmigrantes de 300 llegados a Euskadi en 2002 logró el permiso de residencia

La Diputación vizcaína atribuye la disminución a que la mayoría de los jóvenes está de paso

Los menores inmigrantes que vienen al País Vasco y llegan a Bilbao proceden en su mayoría de Marruecos y, de éstos, la mitad son de Tánger. Su objetivo es lograr papeles para regularizar su situación. Sin embargo, cada vez es menor el número que lo logra. Así, en 2002, la Diputación vizcaína, responsable legal de la tutela y acogida de este colectivo, presentó 12 peticiones de permisos de residencia, de entre los 266 menores (de un total de 337 llegados a Euskadi) acogidos en el Centro Residencial Zabaloetxe, en Loiu, donde son enviadas estas personas tras su paso por la Fiscalía de Menores.

Más información
Dormir en el suelo

Un informe de la dirección del centro Zabaloetxe, de enero pasado, fija en 24 el número de solicitudes tramitadas para permisos de residencia, de las que se respondió positivamente a ocho. Hubo 31 peticiones de pasaporte, de las que 17 fueron admitidas. La Diputación de Vizcaya informó de que en el mismo perio se documentó el 56% de los menores, frente a un 77,36% un año antes, aunque en esta cifra podrían estar incluidas peticiones tramitadas en 2000.

La falta de papeles está generando malestar en el propio grupo de inmigrantes y en los colectivos que les ayudan. En algunos casos se llega a responsabilizar a la institución foral de intentar frenar la llegada. Sin embargo, la Diputación aduce que es la falta de permanencia de los inmigrantes en Loiu el motivo del descenso en las tramitaciones.

Los datos reflejan que en 2002 el número de los que abandonó la residencia de Loiu (363) superó incluso a los ingresados. "Gran parte de los chavales no tiene intención de permanencia. Por eso, gestionamos los permisos de los que parece que se van a quedar al menos seis meses", aduce un portavoz foral.

Un informe de la dirección del centro de Loiu señala que durante el pasado año el tiempo promedio de estancia de los menores fue de 3,3 meses y que el 26% (96 casos) permaneció más de tres meses en el centro. Educadores de Zabaloetxe que prefieren no ser identificados apuntan a "la falta de perspectiva en la pronta consecución del permiso de residencia, que propicia en los jóvenes inseguridad e inestabilidad". La ley establece en nueve meses el tiempo que debe transcurrir desde que el menor ha sido puesto a disposición de la tutela foral hasta la concesión del permiso. Durante ese tiempo se verifica que la vía de la repatriación del menor con su familia o a un centro marroquí de acogida es imposible.

Hasta hace aproximadamente un año, eran los propios responsables de Zabaloetxe quienes tramitaban los permisos para agilizar la tramitación. "Cuando se cumplían los nueve meses, llamábamos a la subdelegación y preguntábamos por el caso. La respuesta era rápida. Aunque se marchen del centro, los menores siguen pendientes de la resolución si pidieron el permiso. La política de la Diputación parece que es no facilitar papeles porque así se acaba con el problema, pero es falso", incide un educador social del centro.

Los graves sucesos ocurridos en 2001 con la llegada masiva de menores y jóvenes a Bilbao (349 en ese año) ante la creencia de que en el País Vasco se obtenían los permisos con mucha rapidez, hizo que la Diputación vizcaína diera un giro a su estrategia y agotara el tiempo de los nueve meses. El 31 de diciembre pasado había 71 acogidos en Zabaloetxe, de los cuales 30 estaban tutelados por la Diputación y otros 41 de guarda. 71 menores reingresaron en el centro en 2002 frente a los 22 que repitieron en 2001.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_