Depósitos descongelados
Uruguay fusiona tres bancos en quiebra para superar la crisis
Los ahorradores uruguayos comenzaron a vislumbrar hace un mes un remedio para la congelación de depósitos, que ha cumplido siete meses. El reciente acuerdo con el FMI establece la solución para la crisis: tres de los cuatro bancos suspendidos entre junio y agosto de 2002 se fusionarán en una nueva entidad estatal que devolverá los ahorros a lo largo de los próximos seis años.
Los ahorradores podrán recuperar su dinero a partir de septiembre y mediante pagos trimestrales, que se extenderán hasta 2009
Los bancos uruguayos solían beneficiarse con las crisis financieras de Argentina. Los ahorradores del país vecino mudaban sus dólares a la otra orilla del Río de la Plata para protegerse. Los títulos públicos de Uruguay también ofrecían seguridad, pues contaban con la mejor calificación a la que puede aspirar un país emergente. Pero este pequeño país rural, turístico y financiero entró en recesión en 1998 y el año pasado sus variables económicas lo llevaron a perder el 45% de los depósitos -primero de los argentinos y después de los uruguayos- y el 80% de las reservas del banco central. Se impuso una suerte de corralito. Los bancos estatales, en los que el público más confiaba, congelaron sus depósitos y sólo los devolverán en tres años.
La autoridad monetaria intervino y liquidó cuatro bancos privados: de Crédito, Comercial, de Montevideo y Caja Obrera. Estos dos últimos pertenecían a la familia local Peirano, algunos de cuyos miembros están detenidos en Uruguay por presunto fraude. También fue suspendida la cooperativa Caycu.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) había aprobado en agosto un paquete de ayuda a Montevideo por 1.500 millones de dólares e impuso, entre otras condiciones, la necesidad de que el Gobierno de Jorge Batlle encontrase una salida a la crisis de las cuatro entidades financieras suspendidas. Dos meses después, el organismo multilateral se negó a desembolsar 200 millones de dólares de aquel crédito. En diciembre tampoco le giró otros 200 millones. Por un lado, los funcionarios técnicos del FMI veían que Uruguay podía perder su buena fama de devolver en término sus deudas y suspender pagos en 2003, cuando vencen títulos por 2.000 millones. El pasivo público asciende a 11.500 millones, casi el 100% del PIB. En el Fondo sugerían una "forma civilizada" de suspensión de pagos, como Ecuador en 1999 y no como Argentina en 2001, pero el Gobierno de Batlle se empeñaba en alegar que el perfil de la deuda era viable. El FMI, por otro lado, se había cansado de los retrasos de Uruguay en la definición de la reforma del sistema bancario. La falta de consenso con el FMI y el temor a una pesificación de los ahorros en dólares llevó a una nueva salida de depósitos de la banca uruguaya. Ambas cuestiones sólo se resolvieron a fines de enero pasado. Uruguay ofrecerá a los tenedores de sus bonos un canje voluntario que dilata los vencimientos. La medida aleja la posibilidad de una suspensión de pagos. El ministro de Economía uruguayo, Alejandro Atchugarry, denominó la operación como "administración de la deuda" en lugar de reestructuración.
Tres de los bancos suspendidos, mientras tanto, reabrirán probablemente dentro de una semana. El Congreso aprobó hace un mes una ley que establece la fusión de las entidades Comercial, de Montevideo y Caja Obrera. De inmediato, el banco central puso a la venta los pliegos de la subasta del Nuevo Banco Comercial (NBC). Los compraron el Estado, ABN Amro, Citibank, Discount Bank y Surinvest. Pero sólo ofertó el Estado, unos 880 millones de dólares, y terminó ganando tres semanas atrás la fugaz subasta. Los demás interesados consideraron insuficiente el tiempo para evaluar los pliegos. El NBC deberá devolver 839 millones de dólares, de los cuales 200 millones corresponden al propio Estado, que estaban depositados en los tres bancos que le dieron origen. Los ahorradores podrán recuperar su dinero a partir de septiembre y mediante pagos trimestrales que se extenderán hasta 2009.
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