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Tribuna:Verbo sur | NOTICIAS
Tribuna
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Borges antes que Scorsese

EL SÁBADO 19 de agosto de 1933, los argentinos que pagaron 20 centavos por un ejemplar del periódico vespertino Crítica pudieron leer, en las páginas del nuevo suplemento literario, la Revista Multicolor, el cuento de Jorge Luis Borges El proveedor de iniquidades Monk Eastman. El texto comenzaba descubriendo su fuente y al mismo tiempo definiéndola: "La historia de las bandas de Nueva York (revelada en 1928 por Herbert Asbury en un decoroso volumen de cuatrocientas páginas en octavo) tiene la confusión y la crueldad de las cosmogonías bárbaras...". Millones de espectadores, en las pantallas de todo el mundo, siguen hoy, en Gangs of New York, el filme de Martin Scorsese, las andanzas de unos cuchilleros neoyorquinos del siglo XIX, ataviados con polvorientas levitas y altos sombreros, virtuosos en el uso indistinto de daga, garrote y hacha. Y bien: tanto el cuento de Borges como la película de Scorsese no son sino geniales refritos de la misma fuente: Gangs of New York, del periodista Herbert Asbury (1889-1963), que Borges había leído en inglés. Aquel muchacho de 34 años, que no había aún publicado cuento alguno, comenzó, en el primer número de la Revista Multicolor, a publicar una serie que llevaba el desmesurado título de Historia universal de la infamia; semana a semana, fue completando Borges su galería de asesinos, bandoleros, estafadores y criminales, en tramas cuyos escenarios pasaban vertiginosamente de Arkansas a Five Points (sur de Manhattan), de la antigua China al barrio porteño de Villa Rica. Borges extraía los argumentos de las fuentes más diversas. Por ejemplo, la historia de Lazarus Morell la sacó de un capítulo de Life in Mississipi, de Mark Twain, mientras que en El impostor inverosímil Tom Castro -la historia de un ingenioso fraude- reescribió, introduciéndole considerables cambios, un artículo de la Enciclopedia Británica. Muchos años después, Borges definiría esos textos como "el irresponsable juego de un tímido que no se animó a escribir cuentos y que se distrajo en falsear y tergiversar ajenas historias". En 1935 -cuando el suplemento ya había dejado de publicarse-, el editor catalán Juan Torrondell, en su sello Tor, recogió esas colaboraciones en el que fue el primer libro de narrativa borgiana. Bajo el título Historia universal de la infamia, con una impactante faja: "Toda la escoria del mundo".

El proveedor de iniquidades Monk Eastman relata en centelleantes líneas las luchas feroces de los gánsteres primitivos para luego concentrarse en la historia de Monk Eastman, un hampón al servicio de los corruptos políticos demócratas que gobernaban Nueva York: Monk fue un héroe en las trincheras de la I Guerra Mundial. Por su parte, Scorsese, quien cambió cuanto quiso el libro de Asbury (el personaje que interpreta Leonardo Di Caprio es inventado y el siniestro carnicero que encarna Daniel Day-Lewis es la trasposición de un pistolero real...), no se privó de incluir a Monk Eastman, con otro apellido y forzando la cronología, pues Monk actuó varias décadas después de los hechos narrados en la película. Se ve que a Scorsese le fascinó como a Borges el personaje: Monk hacía una muesca en su bastón-garrote por cada "pendenciero que serena", según la frase eufemística de Borges. Llegó a tener 49 muescas, y Day-Lewis, que en la película "serena" para siempre a Monk, le hace la número 50.

Literatura y cine son lenguajes diferentes. Sin embargo, el Borges de 1933 conocía mucho de cine. El cuento está lleno de imágenes visuales que Scorsese, consciente o inconscientemente, transcribe a términos cinematográficos. Vi el filme en Palermo y releí el cuento en un viejo café del barrio, mirando esas calles en las que Borges persiguió, al tiempo que los inventaba, los fantasmas de unos cuchilleros no menos crueles que los de Scorsese. El texto multiplica los sentidos de la película y el placer de conocerla: Scorsese es borgiano en cuanto su fábula enseña que la historia se hace no sólo con bronce sino, como quería el autor de la anónima faja de Tor (¿quizá el propio Borges?), también con escoria.

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