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Pamplona reúne treinta imágenes de 'arrantzales' de Ortiz Echagüe

La exposición muestra fotografías inéditas tomadas en las primeras décadas del siglo XX

Ortiz Echagüe y el mar: hombres, parajes y tradiciones del País Vasco, es el título de la exposición monográfica dedicada a Euskadi por los responsables del legado del fotógrafo español José Ortiz Echagüe (1886-1980) que puede verse en la Universidad de Navarra. El fondo fotográfico universitario ha seleccionado 30 imágenes, muchas de ellas nunca antes exhibidas públicamente, que demuestran la profunda vinculación con el País Vasco de este virtuoso de la cámara.

Asunción Domeño, responsable del Fondo Fotográfico Ortiz Echagüe, recuerda que los abuelos maternos del fotógrafo residían en Vitoria y que fue en Álava donde José Ortiz Echagüe realizó algunas de sus primeras fotografías, como La niña en la era (1905), La ruda labor (1905) o Taller de costura (1905), primeros pasos experimentales de un gran artesano de la imagen.

El fotógrafo eligió posteriormente San Sebastián para descansar en los periodos estivales, una costumbre que mantuvo hasta la Guerra Civil. Aquellos años le permitieron conocer con detalle la vida marinera de los vascos en localidades como Orio o Pasajes. Su cámara, inseparable compañera del que fuera gran viajero, se enamoró de las localidades marítimas y de los curtidos rostros de los arrantzales.

"El mar está presente de forma casi exclusiva en las instantáneas realizadas en tierras del País Vasco", señala Domeño. "Ninguna otra región costera despertó en el fotógrafo esa inclinación e interés por el medio marino, por sus pueblos y sus gentes", añade la responsable de un legado fotográfico acumulado durante 75 años de trabajo.

De las fotografías exhibidas en la muestra pamplonesa, que permanecerá abierta hasta agosto en la sede del legado (Universidad de Navarra, edificio central), Domeño destaca las 15 imágenes de la serie Los remeros vascos, realizadas entre los años veinte (se exhibe la primera fotografía de la serie, Viejo remero vasco, de 1921) y comienzos de la década de los treinta. "Se dedicó a retratar una y otra vez a marineros y pescadores, curtidos en su lucha diaria contra un medio hostil", señala Domeño, "llegando a convertirlos en arquetipos humanos o bien inmortalizándolos en sus tareas cotidianas y en el ambiente que les era propio".

La Filmoteca y el Artium

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Por otra parte, los visitantes al Artium tendrá la posibilidad de acceder a los fondos de la Filmoteca Vasca, tras el acuerdo que ayer firmaron ambas instituciones en la sede del museo alavés, informa Txema G. Crespo. El convenio recoge también la posibilidad de préstamo de películas para su proyección en los ciclos de cine que organiza la pinacoteca.

Todo ello se pondrá en marcha cuando la Filmoteca abra su nueva sede en San Sebastián dentro de dos años.

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