Un gesto, por fin
Por fin ha ocurrido. Yo casi había perdido la esperanza, pero al fin he visto a lo mejor de nuestra sociedad en Andoain. Lo más granado y mejor de nuestra juventud, nuestros más representativos deportistas: futbolistas, ciclistas, montañeros, remeros, pelotaris, atletas..., se han ido, en un gesto que les honra, a manifestar su solidaridad a Andoain. Así de jatorras son nuestros muchachotes. Ya era hora. Y han dicho cosas maravillosas: que están ahí como ciudadanos, como caras conocidas, porque esto nos atañe a todos, porque hay que denunciar los ataques sufridos y no nos van a callar. Y los que no han podido llegar al acto han manifestado por escrito su adhesión y todos ellos han hecho donaciones de apoyo a las víctimas. Compromiso y solidaridad activa. Ya era hora.
Ahora ya sé que en esta sociedad todavía hay un rayo de esperanza. Esto ocurre justo después de ver a algunos actores delante de Ajuria Enea exigiendo responsabilidad al lehendakari. Eso sí, primero hubo que reñirles un poco para que ocuparan su puesto en el "no" a nuestra guerra de todos los días, y seguro que van a continuar en el próximo Festival de San Sebastián, pero mereció la pena.
A nuestros deportistas no ha hecho falta reñirles para que vayan a Andoain. Han tomado conciencia por sí mismos y se han retratado en bloque en el pueblo del asesinado Joseba Pagazaurtundua. Porque a eso han ido allí, ¿no?, a solidarizarse con Pilar Ruiz, con Maite, con Estibaliz y, en definitiva, con todos los compañeros de Joseba, es decir, con todos los vascos. ¿O no era eso lo que querían expresar el martes nuestros deportistas?
Lo difícil es dar estos primeros pasos. Una vez roto el hielo, todo será más fácil. Ya me parece estar oyendo el clamor de condena del próximo asesinato en los campos de fútbol y en las pruebas de aizkolaris. Para que no pierdan comba, tienen, tenemos todos, otra cita con la solidaridad el próximo día 18, a las 17.30, en la Iglesia de los Agustinos (Plaza de San José). Es un acto de apoyo a otra víctima de ETA, a Domingo Durán Díez, un policía nacional al que empezaron a asesinar aquí, en Bilbao, el 13 de enero de 1996 y que acaba de morir. Podemos irnos tranquilos. Estamos en buenas manos.
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