La regeneración de Winterthur
La aseguradora integra sus negocios en España y nombra máximo responsable a César Bardají
Una nueva generación toma el mando en Winterthur. El nombramiento de César Bardají como máximo responsable de todo el negocio de la aseguradora en España supone algo más que un espaldarazo a su trayectoria en la compañía en los dos últimos años. Constituye un paso más en el camino hacia un relevo generacional.
A pesar de que el organigrama de Winterthur es muy lineal (directores y directores generales tienen el mismo rango por debajo de Bardají), los ascensos que se han producido hace unos días afectan a profesionales con 45 años de edad máxima.
César Bardají era hasta ahora presidente y consejero delegado para España y Portugal de Winterthur Insurance, la rama del negocio de no vida de la aseguradora suiza. El director de la Red de Distribución de la compañía, Javier de Antonio, pasa a ser director general de Winterthur Vida y director general de Winterthur Pensiones. El puesto de De Antonio lo va a desempeñar Santiago Castelló y la vacante que deja éste como responsable del negocio de salud y accidentes se cubrirá en el futuro, según ha anunciado la compañía.
La Bolsa lastró los rendimientos financieros del grupo asegurados en 2002, pero el negocio de 'no vida' subió el 14%
Bardají entró en Winterthur en febrero de 2000 con la idea de darle la vuelta a la cuenta de resultados del grupo. Winterthur Insurance había registrado fuertes pérdidas en los tres ejercicios precedentes, hasta unos resultados negativos de 155 millones de euros en 2000. En los últimos tres años, el nuevo máximo responsable de Winterthur "ha analizado todos los procesos de gestión y ha suprimido todo lo superfluo, ha creado planes de productividad a los que todos los empleados podían aportar su grano de arena en la Intranet, ha motivado la red de distribución y orientado la compañía más hacia el cliente", aseguran fuentes de la empresa.
En Winterthur son optimistas. Aunque los rendimientos financieros de la compañía se van a ver afectados por la crisis de la Bolsa, los planes marchan bien. En 2001, la compañía estuvo a punto de abandonar las pérdidas. En 2002, el negocio del ramo de no vida ha anotado un crecimiento del 14%, según medios del sector.
La filial española estudia ahora en qué puestos se producirían duplicidades para decidir la recolocación del profesional o la baja del mismo en la empresa. Fuentes de la compañía descartan un ajuste duro de personal y afirman que los despidos podrían afectar a una veintena de profesionales.
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