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Ahorradores en onda corta

Sólido refugio en las nuevas letras a 3 y 6 meses, pese a que la deuda pública marque mínimos de rentabilidad

El Tesoro ha resucitado las letras a 3 y 6 meses que llevaba años sin emitir. La pasada semana realizó la primera subasta de letras a 6 meses con una rentabilidad del 2,32%, y para este mes de marzo ya prepara la de 3 meses, adecuando estos productos al pequeño inversor. Lo malo, como ocurre con el resto de la deuda pública es su bajísima rentablidad por debajo de la inflación; lo bueno, el cortísimo plazo, que permite saltar a otras inversiones.

En su vuelta a los mercados, las letras a 6 meses ofrecen una rentabilidad superior al de las emitidas a un año y 18 meses
Las grandes bazas de son su corto plazo que permite saltar cuando se atenúen las incertidumbres y la solidez del emisor

Mínimo es el concepto de moda en los mercados financieros. Mínimos en las bolsas, cuyos índices se remontan a seis años atrás; y mínimos también en la rentabilidad que ofrece la segura deuda pública. La pasada semana las letras del Tesoro a 6, 12 y 18 meses marcaban mínimos históricos y en esta misma, las obligaciones a 10 y 30 años también tocaban el suelo de su rentabilidad. Así, las letras a 6 meses se ofrecieron al 2,32%, las de 12 meses al 2,24% y las de año y medio al 2,27%. El cortísimo plazo, además, está mejor retribuído que el año y los 18 meses, teniendo siempre en cuenta que estas rentabilidades son anualizadas. Estos activos se completarán con emisiones de letras a 3 meses que, como las de 6 se lanzarán cada dos meses.

Desde la mesa de letras y repos de CIMD apunta que en el mercado había necesidad "de referencias de estos cortos plazos y el Tesoro ha decidido satisfacerla con estos activos". Además, apunta, se han adecuado para que puedan ser adquiridos por los pequeños ahorradores. "Se pueden adquirir a través de las entidades financieras o bien directamente en el Banco de España sin que haya, por tanto, que pagar ninguna comisión por la compraventa de estos activos", explica.

Efectivamente, el precio de las nuevas letras a 6 meses que no se emitían desde enero de 2001 -entonces ofrecían una rentabilidad del 4,45%, aunque en 1992 llegaron a su ganancia máxima del 14%- es muy asequible ya que se puede invertir en ellos a partir de 1.000 euros. Antes, su elevado valor nominal las hacía únicamente accesibles a las grandes instituciones (bancos, cajas, empresas, fondos de inversión o de pensiones y compañías de seguros).

Rebaja de tipos

Aunque lógicamente se desconoce la rentabilidad que ofrecen los activos a 3 meses, dada la curva de tipos de interés actual serán ligeramente más rentables que las de 6 meses. La última referencia de ganancia de estas letras a 3 meses se remonta a 1993 que terminaron con una rentabilidad del 10,39%. Unos intereses que ahora sólo pueden ser soñados. En las nuevas letras a 3 meses habrá que tener en cuenta el recorte de 0,25 puntos que aplicó el pasado jueves el Banco Central Europeo (BCE) al tipo oficial de intervención en la eurozona, que ya se coloca en el 2,50%. Son rentabilidades muy pequeñas que, por supuesto, no cubren la subida de la vida que en el pasado mes de enero se situó en tasa interanual en el 3,8%. Cifras que hablan de tipos reales negativos en España.

Sin embargo, su ganancia superior a las letras a plazo de año y 18 meses, y su cortísima vida las hace especialmente adecuadas para momentos de incertidumbre como el actual. La tensión bélica entre Estados Unidos e Irak y la debilidad de las economías europeas desaconsejan tomar ahora decisiones a muy largo plazo. Es preferible esperar en activos seguros y muy líquidos y, una vez que el panorama se vea más despejado, decidir una inversión a más largo plazo y, si encaja en el perfil del ahorrador, con más riesgo.

"Este tipo de activos son un refugio interesante de la renta fija hasta que la variable repunte. Y, además, es previsible que los tipos empiecen a subir a la vuelta del verano, ya que la marcha de la inflación no justifica unos tipos tan bajos. Por tanto, el ahorrador puede con estos activos a corto plazo, bien ir a la bolsa o subirse luego a activos de renta fija con rentabilidades más elevadas", explican desde CIMD.

Otro factor que ayuda a decidirse por estas letras emitidas por el Estado español para financiarse es, eso mismo, la solidez del emisor. Actualmente, en el mercado se pueden encontrar títulos de renta fija emitidos por empresas -pagarés- que ofrecen rentabilidades mayores, pero que también tienen un riesgo superior. Los escándalos contables que salpican ya a los dos lados del Atlántico han traído la desconfianza no solo a las acciones, sino también a sus emisiones de renta fija. Aunque por la naturaleza de activos a corto plazo son menos arriesgados que los bonos o las obligaciones, la solidez del emisor es un elemento que ahora se debe cuidar más que nunca.

La evolución de su rentabilidad es, pues, determinante en el conjunto de productos financieros sin riesgo de corto plazo. Depósitos bancarios y fondos de inversión del mercado monetario tienen en las letras su principal referencia, así como el activo que compone la cartera de este tipo de fondo. Frente a ellos y, sin tener en cuenta el distinto trato fiscal, la compra directa de las letras resulta más interesante que acudir a un fondo de inversión ya que a sea rentabilidad obtenida hay que descontar la comisión que sobre el patrimonio aplica el fondo. Eso sí, la inversión colectiva ofrece un mejor trato fiscal.

Los pequeños inversores pueden adquirir directamente las letras sin comisiones en el Banco de España.
Los pequeños inversores pueden adquirir directamente las letras sin comisiones en el Banco de España.

El Tesoro francés da ejemplo

Ahorradores e inversores viven tiempos muy difíciles. Una constante que se mantiene durante los últimos tres años. Aquellos que asumen riesgos y ateniéndose a la marcha de los distintos indicadores, el resultado es muy negativo con las bolsas en mínimos. Pero también los que optan por ahorrar encuentran imposible conseguir una rentabilidad que permite a su dinero no depreciarse. Los tipos reales en España son claramente negativos Precio del dinero al 2,50% e inflación anual del 3,8% llevan a la fácil conclusión de que el dinero se deprecia el 1,3%. Una circunstancia que no ocurre en otros mercados europeos con inflación má baja que la española. Por ejemplo, en Alemania con na inflación del 1,2%, el precio del dinero actual ofrece un colchón a los ahorradores germanos nada despreciable. En el extremo opuesto se sitúa Irlanda que soporta una inflación del 4,7% que, prácticamente, dobla el precio del dinero.

Sin embargo, tal como apuntan los analistas de Sabadell Banca Privada, existen otras fórmulas imaginativas en Europa que buscan evitar esa pérdida de poder adquisitivo en el dinero ahorrado. Así, el Tesoro francés emite títulos de deuda pública protegidos contra la inflación (OAT), de forma que se subastan con un tipo de interés real determinado y luego se paga este tipo de interés más la inflación que efectivamente haya tenido lugar en ese periodo. En fácil símil, se trataría de lo que acontece acutalmente con la revalorización de las pensiones para que se ajuste a la subida de la vida. El gobierno fija una subida anual y si, posteriormente, la inflación ha sido superior se abona una paga complementaria en el mes de enero. Una medida muy positiva pues permitiría que el dinero ahorrado no se depreciase y, de esta forma, se incentivaría el ahorro. Actualmente, las únicas ventajas de esta situación de bajos tipos de interés la disfrutan las personas que soportan deudas. Hasta ahora, en el caso español, ha servido el "valga lo uno por lo otro".

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