Una sola fuente anónima para acusaciones "graves, falsas e injustas"

Los autores del libro contra Le Monde se basan en un testimonio anónimo, ni más ni menos, para calificar a dicha empresa periodística de caso Enron a la francesa, en referencia a una de las más sonadas quiebras recientes en Estados Unidos. Tal imputación es "un acto irresponsable", asegura este diario en sus columnas de información, que se apoya en el testimonio -en este caso totalmente identificado- de René Ricol, presidente de la Federación Internacional de Expertos Contables.

Para él, comparar a Le Monde con lo ocurrido en Enron es una acusación "grave, injusta y falsa". Enron fue un caso de informaciones financieras inexactas y de irregularidades graves con trascendencia penal: "¿Hay que decir que esta situación no corresponde, de modo alguno, a la de Le Monde?", se pregunta el experto, quien argumenta que el vespertino, pese a no estar obligado a ello, porque no cotiza en Bolsa, "es uno de los pocos que publica sus cuentas y da una información financiera completa". Los datos del ejercicio de 2001 mostraban pérdidas económicas en las cuentas del diario, "y el hecho de que esta información sea pública muestra bien la voluntad de transparencia", agrega el mismo experto.

Escandalizado por la comparación con Enron, Le Monde escribía ayer que el hecho de que esto "sea escrito y publicado, después repetido, sin ninguna de las exigencias elementales del oficio de informar, es sin duda la más desoladora de las lecciones de un asunto que no ha acabado de instruirnos sobre el estado de los medios de comunicación, en general, y de nuestra profesión en particular".

Apoyo accionista

Los autores del libro aseguraron ayer, en una conferencia de prensa, que el segundo accionista del diario es muy crítico con la situación del periódico (el primero es la Sociedad de Redactores). Se refieren a la Asociación Hubert Beuve-Méry, que agrupa a familiares del fundador de Le Monde y controla aproximadamente el 12% del capital.

Pero su presidente, François Soulage, desmiente tal imputación: "Es falso decir que las cuentas [de Le Monde] no son transparentes y honestas", si bien reconoce reservas sobre la estrategia de diversificación en prensa y las posibilidades de financiarla, que han sido expresadas en el seno del Consejo de Vigilancia de la empresa editora.