¿Llegará el veto hasta el final?

En su portada, el diario francés Libération muestra una foto del ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, bajo el título: "Irak. El desafío del veto". En su editorial, el diario izquierdista parisino cree que la posición común adoptada por Francia, Alemania y Rusia de impedir la aprobación de una resolución que permita la guerra en la ONU coloca a EE UU en una situación comprometida: "Washington sabe que no podrá gestionar sólo los asuntos de Irak y se encuentra mal en el papel de fuera de la ley internacional, algo en lo que se convertiría si se ve obligado a ir solo a la guerra".

Le Monde también insiste en el alcance sobre la política internacional que puede tener la declaración anunciada el miércoles en París. "Es una cuestión de principios que va mucho más allá del debate sobre la mejor forma de desarmar a Bagdad", señala el diario parisino. "El asunto iraquí es una ilustración a la vez la más dramática y la más caricaturesca de la actitud diplomática adoptada por el Gobierno Bush tras los atentados del 11-S: "Con nosotros o contra nosotros". Pero por lo menos los tres habrán utilizado su posición en el Consejo de Seguridad para impedir que esta guerra preventiva no lleve a cabo", agrega.

Bajo el título de "El eje de los vacilantes", el diario Süddeutsche Zeitung, de tendencia de centro-izquierda, comenta que De Villepin, Ivanov y Fischer hablaron en clave de adivinanzas, pero dieron una buena cantidad de respuestas. "En primer lugar", dice el periódico muniqués, "los tres quieren mantener a distancia a Washington de la aprobación de una segunda resolución con la amenaza velada de un veto. En segundo lugar, señalan que prefieren una guerra sin prejuicios para la ONU que una guerra sobre las ruinas del Consejo de Seguridad. En tercer lugar, la escenificación revela una pasividad llena de miedo". El Frankfurter Allegemeine Zeitung, de orientación conservadora, también dedica un editorial al tema bajo el título "El juego y su precio", que concluye: "No cabe ninguna duda de que América tiene los triunfos más fuertes en la mano. Puede ganar el combate diplomático, y después, también la guerra. Qué precio político tenga que pagar por ello sólo se comprobará más tarde".

"La principal pregunta es quién se ha acorralado ya contra una esquina y quién conserva margen de maniobra", escribía ayer el diario ruso Izvestia, refiriéndose a la pugna entre la determinación cada vez más fuerte contra la guerra de Francia, Alemania y Rusia, por una parte, y la resolución americano-británico-española, por la otra. En un comentario titulado Intemperancia, el diario señalaba que "la opción del veto es un desafío directo a EE UU y no está claro que los franceses, que se han declarado en contra de la política de Bush, estén dispuestos a dar un paso tan decidido". Por su parte, el diario Kommersant afirma que "Washington incrementa su presión sobre Moscú exigiéndole apoyo y da a entender que el rechazo tendrá influencia negativa sobre las relaciones ruso-norteamericanas".

Desde el otro lado del Atlántico, las cosas se ven de forma muy diferente. 'Llega el peor escenario posible', titula su editorial The New York Times. "Con la apenas velada amenaza de veto de Francia y Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU se acerca rápidamente a un callejón sin salida sobre Irak. Éste será el peor resultado posible. Levantará la presión diplomática sobre Irak para que se desarme y romperá las últimas reservas que impiden a la Administración Bush ir a la guerra con su heterogénea coalición de aliados". El Chicago Tribune cree que el anuncio coloca a Bush ante un dilema: "Puede escuchar a aquellos que quieren que el fiasco de las inspecciones prosiga sin conclusiones y sin resultados o puede , mientras el viento y el calor aumentan en Irak, que no expondrá a sus tropas a luchar en un clima más peligroso porque los países que votaron la resolución 1.441 pretenden ahora que no existe".