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UN ESCÁNDALO QUE SE ARRASTRA DESDE HACE CINCO SEMANAS

Mas suprime la oficina de las encuestas

El Gobierno de CiU elimina del organigrama de Presidencia la Dirección General de Evaluación y Estudios - El PP considera la medida un primer paso, pero exige responsabilidades políticas Saura reclama la dimisión del 'conseller en cap' porque "está en un callejón sin salida"

El conseller en cap del Gobierno catalán, Artur Mas, optó ayer por la vía administrativa, y no por la política, para frenar el escándalo de la manipulación de encuestas oficiales. Mas suprimió la oficina responsable de la contratación de los sondeos, dependiente del Departamento de Presidencia, y traspasó sus funciones al Instituto de Estadística de Cataluña, un organismo meramente técnico de Economía. El conseller en cap aseguró que con esta iniciativa pretende evitar que los partidos políticos "y otros grupos" aprovechen esta polémica para erosionar su candidatura a la presidencia de la Generalitat. El PP consideró "insuficientes" estas medidas y no descarta apoyar una comisión de investigación en el Parlament que la izquierda reclama.

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Han tenido que transcurrir cinco semanas desde que estallara el escándalo, además de la presión política del Partido Popular, el fiel aliado de Convergència i Unió (CiU), para que Mas hiciera un gesto con el que intenta aplacar de momento la polémica. No han sido ajenas a esta decisión las crecientes voces que desde las propias filas de CiU reclamaban a Mas que tomara cartas en un asunto que amenazaba con abrir una profunda crisis entre la federación y Presidencia.

Mas se ha quitado de encima la Dirección General de Evaluación y Estudios, que dependía del Departamento de Presidencia que dirige, y ha decidido traspasar sus funciones al Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), adjunto a Economía y Finanzas. Por tanto, Josep Camps, máximo responsable de la oficina encargada de contratar los sondeos oficiales, fue destituido ayer. Camps volverá de momento a su despacho en la sede de CDC, donde era coordinador de la soberanista Declaración de Barcelona. El Idescat, anunció Mas, será el embrión del futuro Centro de Investigaciones Sociológicas catalán.

La decisión llegó 24 horas después de que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y Mas descartaran cualquier dimisión. ¿Qué ha cambiado en un solo día? Pues que el conseller en cap se ha dado cuenta, según confesó en conferencia de prensa, de que esta polémica resulta muy "golosa" políticamente para el resto de los partidos políticos en este periodo preelectoral. Y más cuando la oficina de estudios depende directamente de su departamento y él es a la vez candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat y beneficiario de alguna de las encuestas manipuladas.

Control y transparencia

"El objetivo es separar de la lucha y de la batalla política un asunto que debe tener un carácter marcadamente técnico y profesional. Y que esta dirección general dependa de Presidencia no facilita sustraer este asunto del rifirrafe político", dijo Mas.

El Gobierno catalán, agregó el conseller en cap, ha aprendido de los "errores" y tomará otras medidas para que esta situación no vuelva a repetirse. Mas anunció que su departamento revisará todo lo sucedido hasta ahora -"no pretendemos pasar página", precisó- y reforzará los mecanismos para incrementar los controles, la transparencia y la información hacia el Parlament. Eso sí, siempre y cuando los parlamentarios de la oposición sigan la vía "oficial" -inevitablemente lenta-, contrariamente a lo que ha hecho, comentó, el socialista David Pérez. Pérez ha tenido que solicitar el amparo del presidente del Parlament ante la negativa de Presidencia a dejarle consultar diversos contratos con la empresa Line Staff.

A pesar de estas iniciativas, Mas dijo que es consciente de que "medios políticos y otros no estrictamente políticos", que no identificó, no darán por cerrada esta polémica pues, opinó, "se han dedicado a meter baza para enrarecer el ambiente y pretenden que haya otras personas [al frente del Gobierno]".

Las decisiones tomadas por Mas, a las que enmarcó en "clave de futuro pues no tienen nada que ver con lo que ha pasado hasta ahora" no satisficieron a la oposición ni al propio PP. El popular Daniel Sirera consideró "insuficientes" las medidas y no descartó que su grupo apoye la comisión de investigación.Ningún partido parlamentario -excepto CiU- quedó satisfecho ni por la medida adoptada por el conseller en cap ni por sus explicaciones en conferencia de prensa. A juicio de la oposición, la supresión de la Dirección General de Evaluación y Estudios es una decisión "para salir el paso" y el cese de Josep Camps "una burla a la ciudadanía", como lo calificaron el socialista Miquel Iceta y el republicano Joan Ridao. Ambos también coincidieron en calificar a Camps de "cabeza de turco".

"El conseller en cap evoluciona de una fotocopiadora tonta a un cambio de organigrama", manifestó Iceta, y añadió que nadie por ahora en el Gobierno, y mucho menos Artur Mas, "ha asumido las responsabilidades que le corresponden".

Ridao identificó a quien considera responsable de la polémica. "Parece mentira que cuando todo el mundo coincide en identificar al principal tonto e inútil [en palabras de Jordi Pujol] responsable de las peores adulteraciones de encuestas y sondeos, Artur Mas y Pujol continúen blindando al secretario de Comunicación, David Madí". El diputado de Esquerra cree que "la crisis se alargará". Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya, pidió la fulgurante dimisión de Mas, de quien dijo que se encuentra en "un callejón sin salida".

El popular Daniel Sirera reclamó al conseller en cap su comparecencia en el Parlament para que explique la reestructuración de Presidencia, que calificó de "insuficiente y muy tímida" pero que, precisó, "no satisface las demandas del PP de responsabilidades políticas". Sirera, aunque se felicitó por la decisión del Gobierno, señaló: "Todo esto confirma el desbarajuste en Presidencia en relación con las encuestas".

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