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Reportaje:

Apuntes sobre la sinrazón

Profesores y estudiantes de la Hispalense celebran tres horas de clase en la calle para mostrar su rechazo a la guerra en Irak

"Bastante ruido hacen ya los políticos como para que ahora no nos dejen dar la clase en paz". Así zanjaba Marisa López, una estudiante sevillana de Psicología, su corta pero directa conversación con un agente de la Policía, al que solicitaba que controlase el paso de vehículos por el único carril que ayer quedaba abierto al tráfico en la calle San Fernando, donde se encuentra el Rectorado de la Universidad de Sevilla.

Marisa, como otros cien universitarios, asistía a una peculiar tarde de clases en plena calle en las que un grupo de profesores de la Hispalense y la Pablo de Olavide se afanaban por transmitir las razones que que les llevan a estar "inequivocamente" contra una nueva guerra en Irak. Pero el rechazo a un nuevo conflicto no era el único motivo que les congregó allí. Otra de las ideas de este grupo de docentes agrupados en la Asamblea Universitaria contra la Guerra era aprovechar esta coyuntura para denunciar la necesidad de que el sistema educativo deje de eludir los problemas reales y relevantes que afectan a los ciudadanos. "No se educa para solucionar problemas. Los alumnos se limitan a repetir respuestas ya dadas de antemano (...) La desigualdad, la violencia o el dolor innecesario da tantos seres humanos no están presentes en las aulas", razonaba Eduardo García, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación.

"No se pretende que los alumnos se comprometan con estas cuestiones y que participen activamente en la gestión de los problemas del mundo (...) Muchos profesores creen que no tienen por qué educar en valores y actitudes", añadió García, animando a los allí presentes a que se muestren "inconformistas" y construyan el mundo "que consideramos deseable". Más conciso se mostró su compañero Juan Ojeda, profesor de la Pablo de Olavide, quien enumeró una serie de razones antropológicas, culturales y sociales que sustentan el masivo rechazo que ha suscitado este nuevo conflicto. "La cultura acumulada nos dice que la guerra va en contra de la construcción humana y que nos hace más animales que personas", aseguraba Ojeda.

El papel de los políticos en las democracias; los verdaderos intereses que se esconden tras el conflicto; el poder de las grandes multinacionales y la manipulación de los medios de comunicación fueron otros de los muchos asuntos sobre los que reflexionaron para tratar de entender la sinrazón que conduce a la guerra.

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